La Edad Media no es cosa del medievo. Hoy en día podemos ver costumbres en esta sociedad nuestra que parecen llevarnos a los siglos más oscuros de la humanidad, sobre todo, para las mujeres. Vemos que las niñas bien siguen poniéndose de largo cuando cumplen 18 años en una costumbre que no pasa de moda en la alta sociedad. Lo vemos mirando las noticias de la prensa rosa y encontrando a una jovencísima Eugenia de Borbón Vargas preparándose para su debut en la alta sociedad.
Eugenia es hija de Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas, nieta de Carmen Martínez-Bordiu y el duque de Cádiz, bizanieta de Carmen Franco, tataranieta del dictador Francisco Franco. Su abuelo el duque de Cádiz, don Alfonso de Borbón, era hijo del infante don Jaime, hermano de don Juan de Borbón y tío de don Juan Carlos I.
Por parte de madre, Eugenia desciende de la familia Vargas de Venezuela, banqueros, ricos y felices por haber emparentado en su día con la familia Borbón. Los Vargas de Venezuela aceptaron encantados a un Borbón con mucho apellido y poca cartera en la familia. Nos referimos a Luis Alfonso, padre de Eugenia y marido de Margarita.
El Baile de Debutantes de París, también conocido como Le Bal des Débutantes, va a interesarnos mucho este año gracias a esta representante española. Este baile es un evento social y de moda que se celebra anualmente en París. Se trata de un baile que tiene sus raíces en una tradición británica del siglo XVII, donde las jóvenes de familias aristocráticas hacían su debut social. Hoy en día, el evento se ha modernizado y se celebra en noviembre en lugares emblemáticos como el Hotel Shangri-La de París.
Así, cada año, entre 20 y 25 debutantes de entre 16 y 22 años, acompañadas de sus padres y un número similar de chicos, participan en este evento. Las debutantes suelen ser hijas de familias de la realeza, la aristocracia, y algunas de las familias más influyentes del mundo empresarial y artístico. Además de ser una presentación en sociedad de jóvenes casaderas, el baile también tiene un propósito benéfico, recaudando fondos para diversas organizaciones que apoyan causas sociales.
Las participantes lucen vestidos de alta costura diseñados por grandes casas de moda francesas, y el evento es conocido por su elegancia y sofisticación. Es una ocasión para que estas jóvenes se presenten ante la sociedad y celebren su entrada en el mundo adulto.
También es un evento totalmente machista. Las mujeres son vistas con un fin reproductor de las familias ricas a las que pertenecen. Niñas pijas para niños pijos. Niñas que van a traer al mundo a los herederos futuros tras contraer matrimonio en la sociedad Pijilandia a la que pertenecen.
Eugenia se ve encantada con el evento. Se deja fotografiar probándose trajes de Carolina Herrera que su familia le compra como quien va a un bazar chino a comprar la moda otoño-invierno. No le duele el bolsillo a Luis Alfonso de Borbón Martinez-Bordiu pagando el baile más caro para su primogénita.
Se echa en falta en tanta perfección rancia algo de rebeldía por parte de la joven Eugenia. Yo quisiera verla aparece en el baile con unos vaqueros, unos tatuajes y riéndose de los presentes. Pero no ocurrirá tal cosa. Eugenia acepta lo que dicen papá y mamá. Hasta acepta Eugenia ser llamada Princesa Eugenia en una casa en la que su padre se siente Duque de Anjou y heredero del trono de Francia.
Eugenia, de momento, siente que lo suyo es la moda. Pero hasta en su formación obedece a sus padres. Nada de estudiar diseño y mucho menos ser costurera. La joven Eugenia ha ido a la Escuela de Economía en Londres a prepararse para el sector bancario, donde triunfa su familia materna.
Es conocido por el gran público que la familia de Margarita Vargas tiene una larga trayectoria en el sector financiero. Su padre, Víctor José Vargas Irausquín, fue presidente del Banco Occidental del Descuento, una de las principales entidades financieras privadas de Venezuela. La familia Vargas es conocida por su influencia y su participación en diversas actividades filantrópicas y empresariales.
Pero volvamos al baile. Se celebra el día 30 de noviembre en París. Allí estará Eugenia de Borbón Vargas bailando. Allí estarán sus padres emocionados. Tal vez vaya su abuela Carmen Martínez-Bordiu con algún nuevo novio. La nieta está a punto de alcanzar la mayoría de edad cuando Carmen, nieta favorita de Franco y su esposa, está en la juventud de la séptima década conseguida con botox y con retoques.
Estamos estupefactos descubriendo que las costumbres de la aristocracia no se modernizan. Las puestas de largo de las niñas pijas siguen siendo noticia. Una casi se alegra de no pertenecer al Club del Dólar para evitar ser mostrada al mundo, enfundada en un vestido de Carolina Herrera, como se muestra una pierna de corderita en una carnicería.
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Las imágenes muestran a la joven, de 17 años, eligiendo el modelo de alta costura de Carolina Herrera que lucirá en el Hotel Shangri-La Paris www.hola.com |