Hoy, sábado, nos hemos despertado con la triste noticia del fallecimiento de Concha Velasco, una gran actriz que nos hizo reír con sus actuaciones en la gran pantalla, en la pequeña pantalla y en los teatros. Todo el mundo conocía a Concha. Había sabido pasar de generación sin quedarse anclada en la generación de las hoy abuelas.
Y es que Concha era mucha Concha. La vimos en las revistas dando entrevistas. Vimos como la prensa del corazón nos contaba su vida. Pero, sobre todo, hemos visto como siempre supo ser una mujer ejemplar.
Sabemos que habría que recordar a Concha Velasco por su trabajo, pero nosotr@s queremos recordarla por el conjunto de su persona. Queremos recordar, por ejemplo, a la mujer que decide seguir adelante con un embarazo que la convertiría en madre soltera cuando las madres solteras estaban denostadas por una sociedad tremendamente machista. Concha Velasco tuvo la valentía de atreverse a ser madre sin un hombre a su lado que fuera padre del pequeño Manuel cuando iniciaba su maternidad.
Después vino el amor loco de Concha por Paco Marsó, su segundo hijo, un matrimonio que mezclaba lo profesional con lo sentimental. Vimos como Concha Velasco trabajaba sin descanso e iba perdiendo su dinero en los negocios ruinosos de su marido.
Concha Velasco tuvo una vida que resume las vidas de muchas mujeres españolas, de aquellas mujeres que pasaron de vivir en el machismo de la dictadura a vivir en un país menos machista a partir de la transición. Cambiaban las leyes. Las mujeres teníamos más derechos: trabajábamos fuera de nuestras casas, abríamos cuentas bancarias solas, firmábamos escrituras, firmábamos contratos, viajábamos solas, vivíamos solas, no nos casábamos, decidíamos cuántos hijos queríamos tener, tomábamos la píldora, nos divorciábamos...
También Concha se acabó divorciando de su marido. Aguantó cuernos, derroches económicos y negocios con pérdidas hasta que dijo basta. Pero tardó en decir basta. Igual que tardan en decir "basta" muchas mujeres que se atan a un matrimonio que les da más penas que alegrías.
Ya estábamos en el siglo XXI. Concha seguía haciendo teatro, cine, televisión. Las nuevas generaciones nos enganchábamos a la señora de voz inolvidable que aparecía en series como "Motivos personales", "Las chicas del cable" o "Herederos".
Nuestros padres, madres, abuelas y abuelos, nos recordaban que Concha Velasco era la chica ye ye, aquella joven actriz de los años sesenta que hacía películas con Manolo Escobar. Nos hablaban de la actriz que en los años ochenta hizo una papel fabuloso representando a Teresa de Jesús en una serie de TVE.
Pero volvemos a decir que nos interesa el todo de Concha, su yo completo, el ejemplo de la mujer luchadora que era. Queremos decirles a las adolescentes y a los adolescentes de hoy en día que la cultura de la superación personal por medio del esfuerzo es preciosa. ¡Qué bonito es currárselo! Era lo que hacía Concha Velasco.
D.E.P.
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