¿Qué le pasa a la princesa? nos preguntaríamos viendo las noticias sobre el matrimonio Obama. Parece que la princesa, es decir, la ex primera dama de Estados Unidos no se divorcia de su marido. Michelle Obama, ex primera dama de Estados Unidos, ha hablado abiertamente sobre el síndrome del nido vacío, una etapa que enfrenta ahora que sus hijas, Malia y Sasha, han dejado el hogar familiar.
Nada nuevo bajo el sol. Pasas de tener la casa llena a tenerla vacía. Abres las puertas de las habitaciones de tus hijas o hijos y encuentras las camas hechas, los suelos limpios, los armarios ordenados. Entonces, empiezas a echar de menos el desorden que es la vida familiar con los retoños creciendo sin parar. Así llega la pena. La vida ha pasado demasiado pronto. Hace nada eras una madre que daba biberones, después fuiste una madre que ayudó a hacer tareas escolares, llevaste a tus hijos/as al pediatra, conseguiste que tu pareja fuera un padre responsable... o no lo conseguiste. Pero los niños y niñas han crecido. Se han ido. Y te dejaron una casa de habitaciones vacías.
Malia, de 26 años, se graduó en Harvard y actualmente trabaja como guionista de televisión. Sasha, de 23 años, completó sus estudios en la Universidad del Sur de California y sigue formándose académicamente. Con ambas jóvenes enfocadas en sus carreras, Michelle ha reconocido que esta transición ha sido un problema emocional. No ha dicho si su marido tiene el mismo problema emocional.
En una reciente entrevista, Michelle Obama confesó que está en terapia para adaptarse a esta nueva fase de su vida. Explicó que, por primera vez, todas sus decisiones son completamente suyas, sin la necesidad de priorizar las demandas de sus hijas, su esposo o el país. Es decir, Michelle es una mujer que ya pasa del marido. Ha superado la etapa de enamoramiento absoluto. Esto no quiere decir que no siga queriendo a Barack. Simplemente, lo quiere de otra manera, es decir, lo ama más como padre de sus hijas que como pareja.
A pesar de los rumores de divorcio con Barack Obama, Michelle ha desmentido cualquier crisis en su matrimonio, hoy en evolución. Ha señalado que su relación ha requerido esfuerzo y diálogo, pero sigue siendo sólida. Incluso bromeó diciendo que, si tuviera problemas con su esposo, todo el mundo lo sabría. El sentido del humor no le falta a esta señora que fue inquilina de la Casa Blanca.
Actualmente, Michelle Obama se dedica a proyectos de educación, liderazgo y salud mental, además de lanzar un nuevo podcast junto a su hermano Craig Robinson. Barack Obama, por su parte, sigue activo en iniciativas políticas y sociales. Ambos siguen ganando dinero. No tengamos pena por ellos. Será cierto que los ricos también lloran, pero tienen muchísimos pañuelos para secarse las lágrimas.
Michelle ha aprovechado su plataforma para hablar sobre la importancia de la terapia y el cuidado de la salud mental, alentando a otros a buscar apoyo cuando lo necesiten. En la Asociación española por la Igualdad de género "Genus Aequalitatem" la animamos a seguir preocupándose por la salud mental, un problema que afecta a millones de personas a lo largo y ancho del mundo. Las enfermedades mentales no saben de edades, clases sociales, razas, religiones... Todas y todos somos carne de cañón de cualquier enfermedad mental que nos toque, bien por herencia genética o bien sin herencia genética.
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