Los dibujos japoneses
le gustan a la modelo
que asoma su belleza
en desfiles y portadas
de revistas de mujeres.
Los fotógrafos retratan
su juventud aún tierna
y la holandesa de Amsterdam
casi no cree su suerte.
¿Cómo llegó a tan alto?
te preguntas tú que lees
esta crónica chic en verso:
simplemente, te respondo,
paseaba en bicicleta
y uno de una agencia
quedó prendado de ella.
La llevaron a hacer fotos
como a una muñeca.
Después vinieron contratos
pagados con muchos euros,
uno de ellos en Japón,
el país que ella más quiere.
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