Los libros de memorias son ideales para regalar. Lo mismo piensa la amiga que me regaló Fabulosas y rebeldes de Joana Bonet. De hecho, ella no lee otra cosa. Por eso debió pensar que sería una buena lectura para mí un libro en el que su autora nos cuenta como se hizo mujer, muy al estilo de Simone de Beauvoir.
Joana nos va citando a 40 mujeres que la marcaron. Todas fueron mujeres rebeldes. De ellas tomó la idea de hacerse periodista hasta convertirse en una de las periodistas de referencia de la prensa escrita por mujeres. JOana Bonet se gana muy bien la vida escribiendo libros y escribiendo una columna que le proporciona dinero todos los meses.
Con la luz paga puede filosofar como filosofa en Fabulosas y rebeldes. " Las mujeres de mi generación fuimos educadas para trabajar y para amar". Menos mal, pienso, tras leer esta frase contundente. Hubiera sido horrible que nos educaran para odiar. Y que nos hayan educado para trabajar lo hicieron porque no hay manera de vivir dignamente si no trabajas y te ganas dinerito para llenar la nevera y para poner un techo sobre tu cabeza. La autora recuerda su infancia en Lleida, sus años de estudio, cuando llega al periodismo.
El libro tiene páginas en las que la autora se nos pone casi llorosa, demasiado sensible. Tuve que dejar el libro en varias ocasiones. Me contagiaba su emoción. Con la lectura de alguna página lloré un poco: yo también soy una mujer y esta catalana bien forrada de billetes de banco me debe ver como se ve a ella misma. Todas somos Joana. ¡Qué pena! Casi me siento del sexo blando tras leer Fabulosas y rebeldes de Joana Bonet, un libro que os recomiendo para que sintáis lo mismo. O para que sintáis otra cosa. Puede que tú no seas una Joana periodista y catalana de la pela es la pela.
Joana nos va citando a 40 mujeres que la marcaron. Todas fueron mujeres rebeldes. De ellas tomó la idea de hacerse periodista hasta convertirse en una de las periodistas de referencia de la prensa escrita por mujeres. JOana Bonet se gana muy bien la vida escribiendo libros y escribiendo una columna que le proporciona dinero todos los meses.
Con la luz paga puede filosofar como filosofa en Fabulosas y rebeldes. " Las mujeres de mi generación fuimos educadas para trabajar y para amar". Menos mal, pienso, tras leer esta frase contundente. Hubiera sido horrible que nos educaran para odiar. Y que nos hayan educado para trabajar lo hicieron porque no hay manera de vivir dignamente si no trabajas y te ganas dinerito para llenar la nevera y para poner un techo sobre tu cabeza. La autora recuerda su infancia en Lleida, sus años de estudio, cuando llega al periodismo.
El libro tiene páginas en las que la autora se nos pone casi llorosa, demasiado sensible. Tuve que dejar el libro en varias ocasiones. Me contagiaba su emoción. Con la lectura de alguna página lloré un poco: yo también soy una mujer y esta catalana bien forrada de billetes de banco me debe ver como se ve a ella misma. Todas somos Joana. ¡Qué pena! Casi me siento del sexo blando tras leer Fabulosas y rebeldes de Joana Bonet, un libro que os recomiendo para que sintáis lo mismo. O para que sintáis otra cosa. Puede que tú no seas una Joana periodista y catalana de la pela es la pela.
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