El joyero de la Reina de Nieves Herrero es una novela de más de 600 páginas que te engancha enseguida. A través de las joyas de la Reina Victoria Eugenia nos va contando su vida. Nieves casi consigue que doña Victoria Eugenia nos dé pena. El Rey le pone los cuernos, los hijos tienen una enfermedad que le ha transmitido la madre, la Reina no puede con la pena. Menos mal que tienen dinero para comprar joyas. En el resto de familias españolas de la época no había dinero para esos lujos.
Nieves Herrero podría haber escrito una gran novela, pero no lo consigue. Cae en una narrativa de novela de kiosko. No sabes si estás leyendo a Corín Tellado o a Nieves Herrero. Por momentos me recuerda las novelitas de Bárbara Cartland. Pura ñoñería.
La periodista metida a escritora de novelas históricas, empieza el relato con la boda de Victoria Eugenia y Alfonso XIII. La novia es muy moderna. Pronto se da cuenta de que España no es lo suyo. Madrid le parece una ciudad pequeña, comparándola con Londres. Sólo hay un hotel, el Hotel París. Allí se alojan los periodistas que cubren la boda y algunos nobles. Muchos invitados tienen que aceptar cobijo en las casas de los nobles. Victoria Eugenia, princesa inglesa, se aloja en el Palacio de El Pardo. Según Nieves Herrero, tiene prisa para casarse. Le gusta Alfonso XIII, un hombre que hace deporte y es muy activo. Por eso se convierte al catolicismo y está dispuesta a adaptarse a las costumbres españolas, aunque le cuesta.
No falta una escena de un desayuno con huevos fritos. El rey Alfonso XIII come los huevos fritos mojando el pan. Victoria Eugenia no se anima a disfrutar un pan mojado en huevo frito. Todavía es muy inglesa.
La novela es una lectura pesada. Tanta ñoñería da sueño. Para eso la recomiendo: para dormir. Lees un par de capítulos antes de meterte en la cama y duermes toda la noche. Lo único bueno que puedo decir de este nuevo libro de la periodista Nieves Herrero es que me hizo amar las joyas. Lástima no tener quien me regale piedras preciosas engarzadas en oro. Una joya dura toda la vida. Tiene razón el joyero de la Reina, el hombre que le vende encantado los pedruscos.
Me gusta la idea de quitar las penas adornándote de piedras y oros. Te sientes poderosa. La Reina Victoria Eugenia se ponía como un árbol de Navidad. Cuántos más sufrimientos por las infidelidades del Rey, más joyas se ponía. Esas joyas han pasado de reina en reina. En la actualidad las tiene la Reina Letizia. No se si Nieves Herrero se animará a escribir una novela sobre la actual Reina de España. El tiempo lo dirá. Sólo haría falta una editorial que le pagara a la aprendiz de escritora. Nieves escribe lo que le echen. ¡Viva la ñoñería!
Nieves Herrero podría haber escrito una gran novela, pero no lo consigue. Cae en una narrativa de novela de kiosko. No sabes si estás leyendo a Corín Tellado o a Nieves Herrero. Por momentos me recuerda las novelitas de Bárbara Cartland. Pura ñoñería.
La periodista metida a escritora de novelas históricas, empieza el relato con la boda de Victoria Eugenia y Alfonso XIII. La novia es muy moderna. Pronto se da cuenta de que España no es lo suyo. Madrid le parece una ciudad pequeña, comparándola con Londres. Sólo hay un hotel, el Hotel París. Allí se alojan los periodistas que cubren la boda y algunos nobles. Muchos invitados tienen que aceptar cobijo en las casas de los nobles. Victoria Eugenia, princesa inglesa, se aloja en el Palacio de El Pardo. Según Nieves Herrero, tiene prisa para casarse. Le gusta Alfonso XIII, un hombre que hace deporte y es muy activo. Por eso se convierte al catolicismo y está dispuesta a adaptarse a las costumbres españolas, aunque le cuesta.
No falta una escena de un desayuno con huevos fritos. El rey Alfonso XIII come los huevos fritos mojando el pan. Victoria Eugenia no se anima a disfrutar un pan mojado en huevo frito. Todavía es muy inglesa.
La novela es una lectura pesada. Tanta ñoñería da sueño. Para eso la recomiendo: para dormir. Lees un par de capítulos antes de meterte en la cama y duermes toda la noche. Lo único bueno que puedo decir de este nuevo libro de la periodista Nieves Herrero es que me hizo amar las joyas. Lástima no tener quien me regale piedras preciosas engarzadas en oro. Una joya dura toda la vida. Tiene razón el joyero de la Reina, el hombre que le vende encantado los pedruscos.
Me gusta la idea de quitar las penas adornándote de piedras y oros. Te sientes poderosa. La Reina Victoria Eugenia se ponía como un árbol de Navidad. Cuántos más sufrimientos por las infidelidades del Rey, más joyas se ponía. Esas joyas han pasado de reina en reina. En la actualidad las tiene la Reina Letizia. No se si Nieves Herrero se animará a escribir una novela sobre la actual Reina de España. El tiempo lo dirá. Sólo haría falta una editorial que le pagara a la aprendiz de escritora. Nieves escribe lo que le echen. ¡Viva la ñoñería!
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