Nueva York es una ciudad en cambio constante. Yo he viajado a la Gran Manzana desde mis años adolescentes porque es una ciudad que siempre gustó a mi madre. Tras los viajes iniciales con mis progenitores, pasé a viajar con amigas, con mi novio, con mi después y ahora marido, con mis hijas y hasta a mi suegra me la he llevado a Nueva York.
La última vez que estuve en la Gran Manzana fue la semana pasada. Fui con mi esposo a Meatpacking District, esa zona que yo conocí como matadero en mis primeros viajes. Ahora hay unas galerías de arte ocupando casi todos los edificios. Mi marido compró un cuadro de un pintor que no conocen ni en su casa. Le gusta comprar cuadros de pintores desconocidos esperando que se hagan famosos y poder, así, vender los cuadros ganando un pastón. Hasta el momento todavía no ha hecho el negocio redondo con el que sueña.
No me perdí tampoco las tiendas de decoración con piezas de Ray y Charles Eames, Philippe Starck o el genial Isammn Noguchi. Cansados de ver tiendas de decoración nos fuimos a tomar un ferry cerca de Battery Park, al sur, para visitar por enésima vez la Estatua de la Libertad.
Nueva York ha cambiado mucho estos años. Las casas construidas para gente con pocos recursos se han convertido en viviendas restauradas que acaban en manos de gente más adinerada. Esto también ocurre en muchas ciudades españolas. Cada día es más difícil comprar un piso en los barrios que actualizan y, en consecuencia, se revaloran.
Lo que nunca me pierdo en mi visita a Nueva York es el Mercadillo de la Undécima avenida. En una ocasión me encontré allí a Penelope Cruz. Es un mercadillo que visitan grandes actrices.
Nueva York es una ciudad que me gusta recorrer. Es la ciudad más famosa de Estados Unidos. Mi marido se muere de miedo. Piensa que no es muy recomendable ir al Bronx. No le falta razón. El Bronx es un barrio con mala fama. Yo me doy por allí una vuelta porque me gusta ver los grafiti, algunos son muy buenos y otros más prescindibles. Nunca me pasó nada en el Bronx. Yo me visto como se viste la gente de allí. Al Bronx no puedes ir en plan pija. Tienes que ir con aspecto macarilla.
A donde quiere ir mi marido sin necesidad de presionarlo es a Harlem. La última vez me hizo tragar una de las famosas misas de este verano. ¡Cómo cantan! Yo creo que aquellos gritos los oía el mismísimo Dios. Si vas a Harlem, no debes perderte el teatro Apollo, donde cantó Michael Jackson por primera vez con sus hermanos.
Os recomiendo visitar Nueva York. Puedes empezar visitando Brooklyn, el barrio judío ortodoxo. Se ve mucha gente judía de ideas y vestimentas antiguas por sus calles. También es muy recomendable entrar en el River Café. Está debajo del puente de Brooklyn. Tiene buena música. La parte antigua del River Café es la más bonita.
La última vez que estuve en la Gran Manzana fue la semana pasada. Fui con mi esposo a Meatpacking District, esa zona que yo conocí como matadero en mis primeros viajes. Ahora hay unas galerías de arte ocupando casi todos los edificios. Mi marido compró un cuadro de un pintor que no conocen ni en su casa. Le gusta comprar cuadros de pintores desconocidos esperando que se hagan famosos y poder, así, vender los cuadros ganando un pastón. Hasta el momento todavía no ha hecho el negocio redondo con el que sueña.
No me perdí tampoco las tiendas de decoración con piezas de Ray y Charles Eames, Philippe Starck o el genial Isammn Noguchi. Cansados de ver tiendas de decoración nos fuimos a tomar un ferry cerca de Battery Park, al sur, para visitar por enésima vez la Estatua de la Libertad.
Nueva York ha cambiado mucho estos años. Las casas construidas para gente con pocos recursos se han convertido en viviendas restauradas que acaban en manos de gente más adinerada. Esto también ocurre en muchas ciudades españolas. Cada día es más difícil comprar un piso en los barrios que actualizan y, en consecuencia, se revaloran.
Lo que nunca me pierdo en mi visita a Nueva York es el Mercadillo de la Undécima avenida. En una ocasión me encontré allí a Penelope Cruz. Es un mercadillo que visitan grandes actrices.
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Os recomiendo visitar Nueva York. Puedes empezar visitando Brooklyn, el barrio judío ortodoxo. Se ve mucha gente judía de ideas y vestimentas antiguas por sus calles. También es muy recomendable entrar en el River Café. Está debajo del puente de Brooklyn. Tiene buena música. La parte antigua del River Café es la más bonita.
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