Perfumes para nosotras

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jueves, 18 de abril de 2024

El primer amor de la hija de la infanta Cristina es el cuñado del alcalde de Madrid

No es que de una boda salgan nuevas bodas, pero sí salen a la luz pública nuevos amores en los que no habíamos reparado. Nos referimos al amor casi adolescente de Irene Urdangarín de Borbón. La joven hija de la infanta Cristina está viviendo su primer amor con el cuñado del actual alcalde de Madrid. Se quieren con la inocencia de un señor con estudios universitarios acabados y una estudiante que ha dejado de estudiar para irse a Camboya a hacer voluntariado.

Es uno de esos primeros amores con fecha de caducidad próxima porque la novia todavía tiene que encontrar más surtido masculino para decidirse por un compañero de vida a largo plazo.  En cambio, Juan, el novio cuñado del alcalde, parece que lo tiene más claro.

Juan Urquijo fue una amistad próxima a Victoria Federica, la prima de Irene. Lo de Juan con Victoria (Vic para los amigos) se quedó en un no me interesa por parte de la hija de la infanta doña Elena. Victoria se lanzó a experimentar el género masculino y todavía está con los experimentos. Tiempo tiene para decidirse porque la vida es larga cuando una mujer es joven.

En esas fiestas de la prima Victoria Federica se conocieron Juan Urquijo e Irene. Juan quedó enamoradísimo. Tenía ante sí a la mujer perfecta: guapa, joven, nieta de don Juan Carlos I, sobrina de Felipe VI, hija de una infanta de España. No importaba que los padres de Irene anduvieran con el cash justo. En la familia de Juan Urquijo parece que hay dinero. Por lo menos tienen una abuela propietaria de la finca Los Molinillos, cosa que pocos tienen. Como mucho tienes una abuela propietaria de un piso sin hipoteca.

Lo cierto es que esos dos jóvenes se aman. Lo dice la revista ¡Hola! en una gran exclusiva que los lleva a la portada. Irene se nos hace mayor. La prima de Leonor y Sofía ha pasado de vivir con su mami en Ginebra a suspirar por el hermano de Teresa Urquijo desde Camboya.

¿Y qué hace esta humilde servidora escribiendo de estos chismorreos en el blog New York Chic?... Echo mano del dato para filosofar sobre el paso del tiempo, el amor adolescente, el primer amor, el amor en igualdad.

Los años vuelan. Parece que fue ayer cuando una infanta Cristina pletórica presentaba a la pequeña Irene a los medios de comunicación. Todavía no estaba Iñaki Urdangarín en prisión ni se sabía nada de su mano larga. Eran la familia perfecta.

Años después vino el escándalo, su vida en Washington, su traslado a Ginebra, su adiós al palacete de Barcelona, el encarcelamiento del padre, la libertad del padre, el enamoramiento del padre de una compañera de trabajo en Vitoria, el divorcio,...

Hasta le vino a Irene un hermano que juega al baloncesto como papá, que tiene novia catalana y que se lleva muy bien con la prensa. Sus otros hermanos son dos chicos serios que no tienen la alegría de los primos Marichalar-Borbón. Y de las primas Borbón-Ortiz mejor no hablar porque la Reina Letizia las ha criado con una educación perfecta y los primos lejos.

Esta ha sido la vida de una Irene que se fue a Camboya a hacerse voluntaria con una bicicleta como medio de transporte. Ahora se abre otra etapa para la joven hija de doña Cristina: la etapa de los amores y amoríos. El tiempo dirá si Irene lleva al altar a Juan Urquijo o lo deja sin esposar.

No me aventuro a hacer apuestas. Simplemente le deseo a Irene y a Juan toda la felicidad del mundo. Ojalá tuvieran acceso a la misma felicidad los jóvenes mileuristas y menos que mileuristas que se tienen que enfrentar a altos precios de alquiler, a la inflación desatada, a la falta de empleos dignos, a las inmensas dificultades para conciliar vida laboral con vida profesional.

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María Rey
Economista
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