Muchos hablan de Uber y de los quebraderos de cabeza que estaba representando para el sector tradicional del taxi, un conglomerado de pequeñas empresas y autónomos no siempre bien representado y sujeto a un sinnúmero de restricciones y regulaciones, que Uber sencillamente obviaba en su planteamiento. Lo hacíamos al hilo de la prohibición y amenaza de multas con las que las autoridades pretendían detener el desarrollo de la empresa, y de la reacción inmediata de la Vicepresidenta de la Comisión Europea, Neelie Kroes, en contra de esas restricciones.
Ahora, a los problemas de los taxistas se une otro más: cualquier usuario que tenga instalada la aplicación de Uber en su smartphone se encontrará con que al abrir la versión recientemente actualizada de Google Maps y ver las opciones para un trayecto determinado, a las ya habituales de caminar, automóvil o transporte público, se une la de Uber, con la particularidad de que se puede solicitar directamente y en un solo clic desde dentro de la aplicación que un conductor te recoja.
La cuestión no deja de tener su ironía: si estás planificando un desplazamiento con la aplicación más implantada para ello, Google Maps, te encontrarás con que esa aplicación te ofrece directamente la posibilidad de que hagas ese desplazamiento con Uber, pero no de que llames a un taxi. La proliferación de apps para gestionar desplazamientos en taxi ha sido imparable: si abro Google Play puedo encontrarme más de cien, incluyendo algunas con un nivel de popularidad importante como Cabify, MyTaxi, Hailo, y toda una pléyade de otras más pequeñas, locales o de todo tipo, a las que un número importante de taxistas se han unido con entusiasmo. Pero si estoy utilizando Google Maps, lo que se me ofrece no es una conexión con ninguna de estas apps, aunque la tenga instalada, sino con Uber.
Cuidado con el movimiento: podemos argumentar que la gran mayoría de servicios de taxi aún se solicitan levantando la mano en medio de la calle o llamando por teléfono, pero esto no implica que en el futuro vaya a seguir siendo así: el fuerte crecimiento y popularización de las apps para gestionar desplazamientos en taxi o de la propia Uber así lo demuestran. Nos enfrentamos a toda una nueva generación de clientes que parecen primar la predictibilidad, la facilidad en el medio de pago y la libertad en la elección de determinados criterios frente a los mecanismos tradicionales, por mucho que estos aún puedan seguir siendo mayoritarios. No hablamos de usuarios frikies, hablamos de tendencias
Ahora, a los problemas de los taxistas se une otro más: cualquier usuario que tenga instalada la aplicación de Uber en su smartphone se encontrará con que al abrir la versión recientemente actualizada de Google Maps y ver las opciones para un trayecto determinado, a las ya habituales de caminar, automóvil o transporte público, se une la de Uber, con la particularidad de que se puede solicitar directamente y en un solo clic desde dentro de la aplicación que un conductor te recoja.
La cuestión no deja de tener su ironía: si estás planificando un desplazamiento con la aplicación más implantada para ello, Google Maps, te encontrarás con que esa aplicación te ofrece directamente la posibilidad de que hagas ese desplazamiento con Uber, pero no de que llames a un taxi. La proliferación de apps para gestionar desplazamientos en taxi ha sido imparable: si abro Google Play puedo encontrarme más de cien, incluyendo algunas con un nivel de popularidad importante como Cabify, MyTaxi, Hailo, y toda una pléyade de otras más pequeñas, locales o de todo tipo, a las que un número importante de taxistas se han unido con entusiasmo. Pero si estoy utilizando Google Maps, lo que se me ofrece no es una conexión con ninguna de estas apps, aunque la tenga instalada, sino con Uber.
Cuidado con el movimiento: podemos argumentar que la gran mayoría de servicios de taxi aún se solicitan levantando la mano en medio de la calle o llamando por teléfono, pero esto no implica que en el futuro vaya a seguir siendo así: el fuerte crecimiento y popularización de las apps para gestionar desplazamientos en taxi o de la propia Uber así lo demuestran. Nos enfrentamos a toda una nueva generación de clientes que parecen primar la predictibilidad, la facilidad en el medio de pago y la libertad en la elección de determinados criterios frente a los mecanismos tradicionales, por mucho que estos aún puedan seguir siendo mayoritarios. No hablamos de usuarios frikies, hablamos de tendencias