Perfumes para nosotras

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Un olor distinto para cada momento

domingo, 6 de noviembre de 2016

Mis vacaciones de turista europea en crisis


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Un buen hotel para los turistas en Berlín es el InterCity Hotel Berlin, Berlín. Es un hotel bien comunicado por transporte público con todos los puntos de la capital de Alemania. Esto te permite prescindir de coche particular o alquilado, cosa perfecta si no te gusta conducir en el extranjero, como es mi caso. 

Yo me alojé en este hotel tres estrellas por motivos de trabajo. Me quedaba cerca de la oficina de la empresa con la que iba a hacer negocios y también me quedaba perfecto para hacer algo de turismo por Berlín en los momentos de ocio. Está situado al lado de la estación de trenes Ostbahnhof de Berlín. 

Yo fui en bus urbano hasta la East Side Gallery, el estadio Mercedes-Benz y los locales de ocio nocturno más conocidos. Está en una zona segura. Por lo menos yo no tuve ningún problema en mis desplazamientos tanto acompañada por compañeros de trabajo como sola por los alrededores. 

Las habitaciones son luminosas e insonorizadas. La mía era preciosa. No esperaba que las habitaciones de un hotel tres estrellas como el InterCityHotel Berlin Ostbahnhof tuvieran tantas comodidades. En mi habitación había un buen televisor de pantalla plana, minibar y baño privado con secador de pelo bien atado a la pared para que no te lo llevaras. 

Tuve la suerte de que no había perros por allí cerca. Cuando me comentó una camarera de habitación que admitían mascotas, me vinieron ganas de cambiar de hotel. Soy una maniática con la higiene. 

Pese a esta desventaja, os lo recomiendo. Es un hotel con parking, conexión wi fi gratuita por todo el hotel y recepción 24 horas. Mi habitación era sencilla, con un estilo clásico que huía del estilo Ikea, pero no llegaba a un toque serio que encuentras en los interiores de otros hoteles alemanes. Me sentí cómoda en ella. Gracias a la buena calefacción que tenía no pasé nada de frío. 

Otra cosa que me gustó de este hotel fue que te dieran en el restaurante comidas para llevar. Me gusta comer en mi habitación cuando estoy sola. Resulta práctico porque aprovechas para hacer algún trabajo mientras comes. Yo soy de las que gestiona la agenda mientras come.


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2


Cuando fuimos a Braga quedé un poco decepcionada porque esperaba encontrar una ciudad más grande y no tan clerical. Había iglesias por todas partes y notabas un olor a sotana irresistible. Mi chico estaba en su salsa porque le gusta el turismo de catedrales e iglesias, pero yo me sentía como pez fuera de agua; lo mío es el turismo de tiendas. 

Lo mejor de Braga es la zona universitaria. Te sientes como en otra ciudad, sobre todo si vas en época escolar, como fuimos nosotros. Entramos por el Arco de Porta Ferrea que es donde se hacían las ceremonias de recepción a todos obispos de la ciudad de Braga cuando las cosas se hacían con mucha ostentación. Hoy no lo hacen. Después nos metimos por el pequeño casco antiguo con sus calles empedradas. Creo que desperté a todo el vecindario con el sonido de mis zapatos de tacón en los adoquines de piedra. Era un escándalo. Por esa zona hay un montón de bares, cafeterías y tiendas más o menos coquetas donde puedes fundir bastante la tarjeta del banco; y más adelante te encuentras una fuente donde hacían un bonito espectáculo de luces y agua. 

Nosotros tomamos un café en El Café Viana y repetimos café en el Café La Brasileira. Los dos tienen un montón de años. Decía mi chico que a esos locales iban los intelectuales portugueses cuando estaba de moda ser intelectual y bohemio. 

Os recomiendo visitar Braga, una ciudad en la que encuentras La catedral o Se (patrona de la ciudad)para ir de turismo de monumentos, el 
palacio los Biscainhos y La casa de los Coimbras con azulejos azules y ventanas manuelinas para hacer turismo menos religioso o bien El palacete del Raio donde piensas en la vida que llevaron los habitantes de la época del Barroco mirando sus fachadas de este estilo arquitectónico. Braga bien vale una visita, tanto en pareja como en familia. Mi chico y yo fuimos en un viaje romántico. No descarto volver con toda la familia.