Unas amigas me convencieron para hacer la Ruta de El Barranco del Gatillo y no creo que vuelva a hacerla. Se nos puso a llover y pensé que me mataba por aquellos caminos que descendían a la par del barranco. Hubiera sido mejor informarnos mejor del tiempo que iba a hacer y no ponernos al camino con una llovizna que mojó bien el suelo.
Esta ruta transcurre por la comarca del Canal del Camarrés, en Valencia. Es una ruta que tiene cuevas con pinturas rupestres. Están en el Barranco de la Hoz. Me gustó mucho más el Castillo de la Encomienda que las pinturas rupestres. Soy de las que no acaba de creérselas. Siempre tuve la impresión de que las pinturas rupestres son pintadas por un listo que nos coló el cuento.
La vegetación de la ruta es variada, pero hay mucho pino entre tanto árbol. Una amiga mía aprovechó para coger algo de romero. Había una barbaridad. El romero crecía hasta por las cunetas. Yo saqué muchas fotos. Quería enseñarle a mi chico la erosión que fue haciendo el agua en la roca del barranco. Consiguió unas formas que parecían esculpidas por un escultor. Las fotos más bonitas son las que saqué desde las zonas elevadas. Había desde allí unas vistas preciosas del sur de Valencia y del norte de Alicante.
La ruta nos llevó su tiempo. Empezamos a caminar en el Barranco del Gatillo, seguimos por la Cañada Real de Almansa, un camino de ovejas de antaño. Cuando llegamos a la Casa de la Venta iba para el arrastre. La Casa de la Venta es una masía con corrales, un pozo y algún útil de labranza como olvidado para que los turistas se imaginen como vivían los agricultores valencianos hace años. Seguimos andando hasta alcanzar la Cueva Teresa, una cueva donde se refugiaban los pastores. Nosotras también nos refugiamos. paramos para comer unos bocadillos y esperar a ver si paraba de llover. No paró. Tuvimos que seguir andando bajo la lluvia hasta el pueblo. Una vez en el pueblo nos acercamos al Convento de las Carmelitas Descalzas. Una amiga había tenido una tía en este convento y quería verlo.
Os recomiendo la Ruta de El Barranco del Gatillo para días de buen tiempo. Con el suelo mojado es peligrosa. Es mejor hacerla cuando calienta el sol que cuando llueve. Os lo digo por experiencia.
Esta ruta transcurre por la comarca del Canal del Camarrés, en Valencia. Es una ruta que tiene cuevas con pinturas rupestres. Están en el Barranco de la Hoz. Me gustó mucho más el Castillo de la Encomienda que las pinturas rupestres. Soy de las que no acaba de creérselas. Siempre tuve la impresión de que las pinturas rupestres son pintadas por un listo que nos coló el cuento.
La vegetación de la ruta es variada, pero hay mucho pino entre tanto árbol. Una amiga mía aprovechó para coger algo de romero. Había una barbaridad. El romero crecía hasta por las cunetas. Yo saqué muchas fotos. Quería enseñarle a mi chico la erosión que fue haciendo el agua en la roca del barranco. Consiguió unas formas que parecían esculpidas por un escultor. Las fotos más bonitas son las que saqué desde las zonas elevadas. Había desde allí unas vistas preciosas del sur de Valencia y del norte de Alicante.
La ruta nos llevó su tiempo. Empezamos a caminar en el Barranco del Gatillo, seguimos por la Cañada Real de Almansa, un camino de ovejas de antaño. Cuando llegamos a la Casa de la Venta iba para el arrastre. La Casa de la Venta es una masía con corrales, un pozo y algún útil de labranza como olvidado para que los turistas se imaginen como vivían los agricultores valencianos hace años. Seguimos andando hasta alcanzar la Cueva Teresa, una cueva donde se refugiaban los pastores. Nosotras también nos refugiamos. paramos para comer unos bocadillos y esperar a ver si paraba de llover. No paró. Tuvimos que seguir andando bajo la lluvia hasta el pueblo. Una vez en el pueblo nos acercamos al Convento de las Carmelitas Descalzas. Una amiga había tenido una tía en este convento y quería verlo.
Os recomiendo la Ruta de El Barranco del Gatillo para días de buen tiempo. Con el suelo mojado es peligrosa. Es mejor hacerla cuando calienta el sol que cuando llueve. Os lo digo por experiencia.