Perfumes para nosotras

Perfumes para nosotras
Un olor distinto para cada momento

domingo, 26 de agosto de 2018

Mis vacaciones locas



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No nos aburrimos en el Hotel Academia en Zagreb, Croacia porque por los alrededores había muchos bares, restaurantes y tiendas. Pude dejar la tarjeta de mi marido temblando con mis compras y dejar mi cartera menos pesada. había ido a Zagreb de viaje de negocios con mi chico y decidí combinar el trabajo con el placer aprovechando la buena ubicación del hotel para descubrir lo mejor de Zagreb. 

Nos dieron una habitación muy grande. Parecía que estabas en un piso sin paredes. Mis hijas estuvieron como en su casa. En el hotel nos consiguieron una canguro para quedarse con las niñas mientras nosotros salíamos por la noche. Fue como regresar a mis años de mujer soltera y feliz, pero acompañada de mi esposo. 

El hotel está en una calle peatonal. Pese a ser una zona de bares y tiendas es un hotel muy tranquilo. Está bien insonorizado. No oyes nada del ruido que hay en la calle. Nosotros pudimos dormir como lirones. A eso también ayudaba que la habitación no era muy luminosa pese a tener un gran ventanal. Debía entrar menos luz porque era una habitación alargada, poco cuadrada. 

Todo estaba muy limpio. Nuestra habitación se veía impoluta. Lo mismo puedo decir del cuarto de baño, con sanitarios nuevos y una ducha que funcionaba a las mil maravillas. Mi marido se quejaba un poco de la decoración del hotel, una decoración demasiado moderna para él. Mi chico es más de decoraciones de casa familiar. Yo estaba contenta. Me gustan los hoteles que tienen habitaciones con cuadros modernos. bueno, cuadros no, eran láminas enmarcadas de pinturas salidas de los pinceles de pintores innovadores en sus trazos. 

El desayuno fue correcto, pero no tenía nada que ver con los suculentos buffets que encuentras en muchos hoteles españoles. Los zumos no eran naturales ni por asomo y la bollería era la bollería más industrial que he visto en mi vida. Incluso había bollos con sus plásticos para recordarnos de donde habían salido.



2

No sabía que el Hotel Los Robles en Cangas de Onís, Oviedo está en una zona de marcha. Le había dicho a mi marido que buscara un hotel tranquilo en cangas de Onís. Me vinieron ganas de divorciarme cuando tuve que pasar la noche en un hotel rodeado de discotecas y restaurantes con clientes gritones. Casi no pude dormir. 

Pero los ruidos no fueron lo peor. Lo peor fue la limpieza. Tuve que limpiar la habitación yo misma. Cuando encontré chinches en el suelo casi me muero con el ataque de asco que me dio. Mi chico decía que llamara a recepción para pedirles que vinieran a limpiar. Eso no valía. Tenía que limpiar yo la habitación. Me fui a un supermercado y compré líquidos de limpieza. A los del hotel sólo les pedí una fregona y unas escobas. Dejé el cuarto limpio como una patena. No hay mejor criado que el que manda y hace. 

No os recomiendo este hotel. Es un hotel que está en la calle más ruidosa de Cangas de Onís. Todo es fiesta y todo es parranda. Las ventanas no aíslan nada el ruido. Oyes lo mismo con las ventanas cerradas que con las ventanas abiertas. 

El hotel necesita una reforma. También necesita muebles nuevos. El colchón de nuestra cama era viejo e incómodo. El somier había conocido tiempos peores. Pero peor era el cuarto de baño que la habitación. Era tan pequeño que me sentí como una sardina enlatada en la soledad de una lata sin aceite. La ducha estaba tan pegada al váter que recordaba un aseo público cutre. No creo que vuelva a este hotel. Tampoco os lo recomiendo. Hay hoteles mucho mejores en Cangas de Onís, una localidad de la provincia de Oviedo cada día más popular. 

Yo sólo había ido con mi marido. me alegré dentro haber llevado a mis hijas. No es el tipo de hotel al que llevaría a mis niñas. Tampoco había espacio para cuatro personas en la habitación. Todas las habitaciones de este hotel son pequeñas.