Negociar es todo un arte. Esta es la conclusión a la que llegas leyendo el libro Bueno para ti, mejor para mí de Eduard Beltrán, un libro que podría estar mejor de lo que está si su autor a la hora de escribir hubiera hecho un pequeño esfuerzo por hacerlo más didáctico. Así lo que ha escrito es un manual más para estudiantes, no para personas de la calle a las que bien le vendrían unas cuantas habilidades negociadoras bien explicadas en un texto al alcance de sus entendederas.
Este libro de técnicas de negociación plantea ésta como una ganancia para ambas partes y también una pérdida porque para acercas posturas hay que ceder. Se centra en la explicación de las negociaciones complejas, aquellas en las que hay muchos actores implicados. En esos casos la negociación debe empezar encontrando un líder que represente a la multitud de personas. Un mediador puede ser una buena opción en una negociación, nos dice Eduard Beltrán, haya muchos actores o no los haya. Eso sí, siempre debe primarse la discreción. Un conflicto aireado en los medios de comunicación, por ejemplo, es muy difícil de resolver.
La portada del libro es muy ilustrativa de su contenido. Ves el puzzle con las piezas a medio encajar y se te viene a la cabeza una negociación llena de discusiones que nos acercan y nos alejan, pero que todos sabemos que tanto discutir y hablar nos llevará a un acuerdo no para todos beneficioso.
En esto es en lo que difiero con el autor: nunca hay un win win. Lo que hay es una parte que gana más y otra parte que gana menos. La igualdad en las ganancias y en las pérdidas no existe. La ventaja del win win, que no es igualitario repito, es que todos ganan. Crucemos los dedos para estar en la parte que gana más. La suerte del azar caprichoso tiene mucho que decir para situarnos en una parte o en otra.
Este libro de técnicas de negociación plantea ésta como una ganancia para ambas partes y también una pérdida porque para acercas posturas hay que ceder. Se centra en la explicación de las negociaciones complejas, aquellas en las que hay muchos actores implicados. En esos casos la negociación debe empezar encontrando un líder que represente a la multitud de personas. Un mediador puede ser una buena opción en una negociación, nos dice Eduard Beltrán, haya muchos actores o no los haya. Eso sí, siempre debe primarse la discreción. Un conflicto aireado en los medios de comunicación, por ejemplo, es muy difícil de resolver.
La portada del libro es muy ilustrativa de su contenido. Ves el puzzle con las piezas a medio encajar y se te viene a la cabeza una negociación llena de discusiones que nos acercan y nos alejan, pero que todos sabemos que tanto discutir y hablar nos llevará a un acuerdo no para todos beneficioso.
En esto es en lo que difiero con el autor: nunca hay un win win. Lo que hay es una parte que gana más y otra parte que gana menos. La igualdad en las ganancias y en las pérdidas no existe. La ventaja del win win, que no es igualitario repito, es que todos ganan. Crucemos los dedos para estar en la parte que gana más. La suerte del azar caprichoso tiene mucho que decir para situarnos en una parte o en otra.
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