Nadie diría que la Petit Posada Del Peine fue una posada cutre cuando la abrieron en el año 1610. Hoy es un hotel de cuatro estrellas con todas las comodidades. La han restaurando bastante bien.
Nosotros nos alojamos allí porque queríamos tener en nuestro haber el haber dormido en la posada más antigua de España. Fue como alojarse en un hotel cualquiera. No parece, por su decoración, que sea tan antigua. Sólo la fachada del edificio te hace pensar en tiempos lejanos.
Está cerca de la Puerta del Sol y de la Plaza Mayor. Desde la ventana de nuestra habitación, si te asomabas en plan suicida, veías la famosa Plaza. Tiene, pues, una ubicación muy buena para personas que quieran hacer turismo por la capital del Reino. También es ideal para el turismo de compras. Tienes las tiendas de las mejores marcas a tiro de piedra.
La cama de nuestra habitación era cómoda, mullida, con un colchón nuevo y doble almohada. La habitación era amplia, pero no estaba muy bien iluminada. Le habían puesto unos cortinones marrón oscuro que le quitaban luminosidad a todas horas.
En el cuarto de baño pudimos disfrutar de una buena bañera de hidromasaje y de todo lo necesario para ducharte sin recurrir a tus geles y jabones. En todo caso, yo utilicé mi champú. Lo prefiero a los que te ponen en los hoteles.
Os recomiendo la Petit Posada Del Peine. Está bastante bien en general, aunque yo le quitaría las vigas de madera que tienen las habitaciones de la última planta. Deberían echar una placa de cemento y dejar esas vigas de madera para reciclar.
En esta Petit Posada Del Peine tienes wi fi gratis. El desayuno no estaba mal. Mucha bollería industrial, pero estaba fresca. Los zumos eran de cartón, el fiambre barato, los yogures de sabores sin incluir el yogur natural que a mí me es irrenunciable para empezar el día con buen pie.
Nosotros nos alojamos allí porque queríamos tener en nuestro haber el haber dormido en la posada más antigua de España. Fue como alojarse en un hotel cualquiera. No parece, por su decoración, que sea tan antigua. Sólo la fachada del edificio te hace pensar en tiempos lejanos.
Está cerca de la Puerta del Sol y de la Plaza Mayor. Desde la ventana de nuestra habitación, si te asomabas en plan suicida, veías la famosa Plaza. Tiene, pues, una ubicación muy buena para personas que quieran hacer turismo por la capital del Reino. También es ideal para el turismo de compras. Tienes las tiendas de las mejores marcas a tiro de piedra.
La cama de nuestra habitación era cómoda, mullida, con un colchón nuevo y doble almohada. La habitación era amplia, pero no estaba muy bien iluminada. Le habían puesto unos cortinones marrón oscuro que le quitaban luminosidad a todas horas.
En el cuarto de baño pudimos disfrutar de una buena bañera de hidromasaje y de todo lo necesario para ducharte sin recurrir a tus geles y jabones. En todo caso, yo utilicé mi champú. Lo prefiero a los que te ponen en los hoteles.
Os recomiendo la Petit Posada Del Peine. Está bastante bien en general, aunque yo le quitaría las vigas de madera que tienen las habitaciones de la última planta. Deberían echar una placa de cemento y dejar esas vigas de madera para reciclar.
En esta Petit Posada Del Peine tienes wi fi gratis. El desayuno no estaba mal. Mucha bollería industrial, pero estaba fresca. Los zumos eran de cartón, el fiambre barato, los yogures de sabores sin incluir el yogur natural que a mí me es irrenunciable para empezar el día con buen pie.