Cuando mi marido me dijo que nos íbamos a la Línea de la Concepción en Cádiz, no pensaba que tendría una habitación con vistas al Peñón de Gibraltar. Salía a la terraza de nuestro amplio cuarto y me venían ganas de gritar ¡Gibraltar español!Mis hijas lo hacían. Tuve que pedirles que se contuvieran. En la habitación vecina había una familia inglesa alojada y no era cuestión de hacerse enemigos.
Las vistas de nuestra habitación eran preciosas. Lo que no lo era era el armario. Cuando vi aquel armario que parecía hecho con tablas viejas me horroricé. Quedaba como un pegote en una habitación decorada con bastante gusto. Ni que decir que no lo usamos. Dejé la ropa en las maletas. Suelo hacerlo para evitar andar deshaciendo y haciendo maletas. La ley del mínimo esfuerzo rige mi vida.
El hotel lo tienen bien limpio. Falta hace porque estaba hasta los topes de gente. Como está sólo a metros de la frontera, la gente que encuentra sito se aloja en este cuatro estrellas. El hotel tiene un restaurante y un bar junto a la piscina que sirven una selección de especialidades a la carta y platos buffet que nos evitaron tener que andar buscando restaurantes. La zona no es muy segura. Sólo hay que mirar los periódicos para darse cuenta leyendo las noticias sobre narcotráfico. Es mejor quedarse en el hotel y no dar muchos paseos. También se preparan almuerzos para llevar que puedes subir a la habitación. Nosotros subimos la comida el último día aprovechando que mi marido tenía una reunión de negocios en un salón con unos clientes de su empresa. Comimos solas yo y las niñas en la terraza de la habitación.
Os lo recomiendo. El Ohtels Campo de Gibraltar se encuentra junto al parque Reina Sofía y a 30 minutos en coche de los clubs de golf de Alcaidesa y Sotogrande, donde mi marido suele ir a practicar el deporte de los palos. El centro de La Línea de la Concepción está a solo 5 minutos de caminata. Yo pensaba ir de tiendas por el centro, pero, al final, me entró el miedo y me quedé en el hotel mirando series en el buen televisor que teníamos en nuestra habitación.
Las vistas de nuestra habitación eran preciosas. Lo que no lo era era el armario. Cuando vi aquel armario que parecía hecho con tablas viejas me horroricé. Quedaba como un pegote en una habitación decorada con bastante gusto. Ni que decir que no lo usamos. Dejé la ropa en las maletas. Suelo hacerlo para evitar andar deshaciendo y haciendo maletas. La ley del mínimo esfuerzo rige mi vida.
El hotel lo tienen bien limpio. Falta hace porque estaba hasta los topes de gente. Como está sólo a metros de la frontera, la gente que encuentra sito se aloja en este cuatro estrellas. El hotel tiene un restaurante y un bar junto a la piscina que sirven una selección de especialidades a la carta y platos buffet que nos evitaron tener que andar buscando restaurantes. La zona no es muy segura. Sólo hay que mirar los periódicos para darse cuenta leyendo las noticias sobre narcotráfico. Es mejor quedarse en el hotel y no dar muchos paseos. También se preparan almuerzos para llevar que puedes subir a la habitación. Nosotros subimos la comida el último día aprovechando que mi marido tenía una reunión de negocios en un salón con unos clientes de su empresa. Comimos solas yo y las niñas en la terraza de la habitación.
Os lo recomiendo. El Ohtels Campo de Gibraltar se encuentra junto al parque Reina Sofía y a 30 minutos en coche de los clubs de golf de Alcaidesa y Sotogrande, donde mi marido suele ir a practicar el deporte de los palos. El centro de La Línea de la Concepción está a solo 5 minutos de caminata. Yo pensaba ir de tiendas por el centro, pero, al final, me entró el miedo y me quedé en el hotel mirando series en el buen televisor que teníamos en nuestra habitación.