Se vistió doña Melania
de señora mojigata
con un vestidito digno
de una ama de casa
atrapada por los hijos
en la década pasada.
Crema era su vestido,
crema su abrigo antiguo,
sus zapatos eran blancos
con un blanco poco lindo.
De peinado iba simple
sin cardados ni horquillas.
Una melena al viento
da juventud a las chicas.
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Ver Tenerife desde sus plantaciones de plátanos es descubrir una isla muy distinta a la isla de fiestas y desenfreno que conocía yo. Fui con mi marido recorriendo las plantaciones porque mi chico quería hacer negocios de plátanos. modadebarrio.blogspot.com |