Dicen que los ahorradores somos perdedores. Es una gran mentira. El dinero ahorrado es dinero que tienes en el bolsillo y el dinero gastado es dinero que va para los bolsillos ajenos. Invertir también puede ser un despilfarro. Cuando inviertes compras un producto de inversión que puede acabar siendo un fiasco.
Yo ahorro en todo. Por ejemplo, en comida. También en la comida más básica como es el pan. He echado cuentas y si quito de mi cesta de la compra una barra de pan de 35 céntimos, tengo al final del año 127 euros ahorrados. Por eso he pasado de comprar dos barras diarias a comprar sólo una. No supone mucho sacrificio porque antes, cuando compraba dos barras, tiraba pan. Ahora no tiro nada. Aprovecho mi barra del supermercado Froiz desde una punta a otra punta.
Ahorrar es divertido. Quien diga que es mucho sacrificio es porque no ha ahorrado nunca. Piensas que estás agarrando el dinero para que no vaya para los demás y te vienes arriba. Yo ahorro por diversión. Disfruto echando cuentas al dinero que no les doy a los demás. ¿Qué me dan ellos a mí?... Los productos y servicios no son más que instrumentos para sacarme el dinero del bolsillo. No es esté intentando ser millonaria. No creo en las utopías. En lo que sí creo es en ese amigo que se llama dinero y queda en mi bolsillo para echarme una mano cuando lo necesito. El dinero es el mejor amigo cuando lo tienes.