En Ouarzazate me cansé de comprar artesanía. Lo mejor que puedes hacer en un país como Marruecos para ayudar a la gente es comprar sus productos. Por eso me fui a comprar y a regatear. Ouarzazate en Marruecos es una ciudad con mucha más artesanía que encuentras en otras ciudades de este maravilloso país del norte de África. La artesanía es producida por las tribus nómadas y sedentarias del este.
Lo pasamos bien. Cuando mi marido tenía reuniones de negocios y hacía trámites en los edificios administrativos de la ciudad yo me iba de comparas. Disfruté más los cafés y restaurantes de Ouarzazate que mi marido. A lo largo de la Avenida Mohamed V encuentras muchos locales de ocio y de restauración.
Os recomiendo visitar esta ciudad al sur del Alto Atlas marroquí. Mucha gente la conoce porque es la la puerta de entrada al desierto del Sahara. De hecho, nosotros pasamos por allí sin pararnos en un viaje que hicimos siendo novios aún al Sahara. Teníamos pendiente pasar unos días en esta ciudad. En esta ocasión nos acercamos hasta la alcazaba de Taourirt, que alberga un palacio decimonónico. Había unas vistas de postal. Mi marido sacó fotos del escarpado paisaje de la región. No me extraña que haya servido de escenario para varias películas. Sólo lo crees cuando lo ves y lo vives. Al noroeste está la ciudad fortificada de tierra rojiza de Ait ben Hadu a la que al final no fuimos por falta de tiempo. Había que regresar a casa. Las rocosas gargantas del Todra están al noreste. Mi marido fue hasta allí con unos amigos. Yo me quedé con las señoras. Las montañas nunca me entusiasmaron. A donde fuimos todos juntos fue al desierto. Nos metimos con unos todoterrenos por una carretera serpenteante hacia el sureste entre los exuberantes palmerales frondosos del valle del Dra hasta el desierto. El desierto me entusiasmó. No descarto volver. Me gustaría que mis hijas conocieran Ouarzazate cuando sean un poco más grandes.
Lo pasamos bien. Cuando mi marido tenía reuniones de negocios y hacía trámites en los edificios administrativos de la ciudad yo me iba de comparas. Disfruté más los cafés y restaurantes de Ouarzazate que mi marido. A lo largo de la Avenida Mohamed V encuentras muchos locales de ocio y de restauración.
Os recomiendo visitar esta ciudad al sur del Alto Atlas marroquí. Mucha gente la conoce porque es la la puerta de entrada al desierto del Sahara. De hecho, nosotros pasamos por allí sin pararnos en un viaje que hicimos siendo novios aún al Sahara. Teníamos pendiente pasar unos días en esta ciudad. En esta ocasión nos acercamos hasta la alcazaba de Taourirt, que alberga un palacio decimonónico. Había unas vistas de postal. Mi marido sacó fotos del escarpado paisaje de la región. No me extraña que haya servido de escenario para varias películas. Sólo lo crees cuando lo ves y lo vives. Al noroeste está la ciudad fortificada de tierra rojiza de Ait ben Hadu a la que al final no fuimos por falta de tiempo. Había que regresar a casa. Las rocosas gargantas del Todra están al noreste. Mi marido fue hasta allí con unos amigos. Yo me quedé con las señoras. Las montañas nunca me entusiasmaron. A donde fuimos todos juntos fue al desierto. Nos metimos con unos todoterrenos por una carretera serpenteante hacia el sureste entre los exuberantes palmerales frondosos del valle del Dra hasta el desierto. El desierto me entusiasmó. No descarto volver. Me gustaría que mis hijas conocieran Ouarzazate cuando sean un poco más grandes.
