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Un hotel inolvidable para todos nosotros fue el Puente Romano Beach Resort & Spa (Marbella, Málaga). Yo me sentí como en la casa de una tía rica andaluza. El hotel conserva interiores tradicionales, con patios llenos de plantas bien cuidadas y amplias zonas para practicar deporte y relajarte en aguas de spa.
No te imaginas encontrar habitaciones modernas, rompedoras como era la nuestra. A mi marido no le gustó la habitación porque se me está volviendo antiguo, pero estaba muy bien. Era grande, con luz tenúe y aire de oficina. En eso estábamos de acuerdo: mi marido decía que era como si hubiera puesto dos camas grandes y modernas en una oficina.
No pasamos nada de calor dentro de la habitación gracias al aire acondicionado que funcionamba mucho mejor que en mi casa. Estabas a la temperatura ideal. Teníamos una terraza privada con vistas al mar. Otras terrazas tenían vistas a los jardines. Yo preferí una habitación desde la que se pudiera ver el mar. Me tranquilizan más las olas que la hierba.
No te aburrías en la habitación. Pude entretener a mis hijas con la TV vía satélite y los jueguecitos aprovechando el soporte para iPod que nos dejaron sobre el escritorio. También habúia conexión WiFi gratuita. Para aumentar la diversión nos dejaron un green fee por persona y una estancia en el club de golf Marbella Club. Todo un detalle.
Os recomiendo este hotel. Es perfecto si vas con críos. Te los entretienen en el club infantil. Mis hijas se lo pasaron de cine y eso que no son muy de estar rodeadas de niños de su edad. Les gusta ser las Reinas de la casa, cosa más difícil de ser si hay competencia.
Yo me apunté a las actividades de fitness gratuitas. Nunca le digo no a lo que es gratis. Estuve pensando en ir a las clases de yoga y pilates, pero, como las cobraban, acabé por no ir.
Volvería a este hotel sin pensarlo dos veces. Es fabuloso. Cuenta con un bar frente al mar, un bar junto a la piscina y un restaurante en la playa. Lleva la cartera bien llena de billetes para poder disfrutarlos. Alberga un restaurante de dos estrellas Michelin gestionado por el famoso chef español Dani García. Nosotros fuimos a comer y no salimos muy contentos: muy buena comida en pocas cantidades. Yo prefiero comida abundante aunque sea algo peor. También hay restaurantes italianos y japoneses, una brasserie española, un restaurante ecológico, restaurantes Nikkei y tailandés y una zona de chill-out en la que te pones melancólica gracias a la música que parece acariciar tu cabeza y de la discoteca mejor no os hablo. Aquella sí que era marcha. Me di cuenta de que los años no pasan en balde. Ya no soy la adolescente que bailaba hasta romper los zapatos. Asimismo se sirven delicatessen sin gluten que están ricas, pero no son el no va más. Como dice mi marido, mejor con gluten.
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El Corinthia Hotel Lisbon (Portugal) es un cinco estrellas muy cómodo que podría ser mejor si tuviera mejores cuartos de baño en las habitaciones y sirviera unos desayunos más completos. El lujo que se le supone por sus cinco estrellas no es tanto como te esperas. Hay hoteles de cuatro estrellas en España que son mejores.
A nosotros nos dieron una habitación grande que combinaba a la perfección lo más antiguo con lo más moderno. La cama era de matrimonio, cómoda, incluso moderna podría decir, y hacía contraste con lámparas de mesilla de los años setenta y un saloncito con sillones también del estilo previo a los ochenta. El saloncito estaba dividido de lo que era la habitación en sí por un tabique.
El cuarto de baño me gustó menos. Cuando ví una bañera como la que tenía mi madre en casa cuando yo era pequeña me decepcioné. el único lujo que había en el cuarto de baño eran los geles y jabones, todos de marca y en abundancia.
Mi marido, en cambio, quedó muy contento del hotel porque él valora mucho las vistas y las vistas son preciosas. Desde las ventanas de nuestra habitación se veía toda Lisboa. Es la mayor ventaja del hotel y la ventaja por la que os lo recomiendo.
El hotel está bastante bien situado si lo que buscas es tranquilidad. Está a 150 metros de la estación de metro del Zoológico de Lisboa. Esto te viene muy bien si tienes dos hijas como las mías que disfrutan mirando los bichos raros. Las llevamos al zoo y no había quien las sacara. Yo ya estaba pensando que se me iban a quedar a vivir con las jirafas. La verdad es que salimos bastante. El hotel tiene dos restaurantes, además de la zona de spa más grande de Lisboa. Pudimos habernos quedado por allí más tiempo, pero yo soy muy de salir. Pasamos de los restaurantes del hotel y nos fuimos a comer a fuera. La Avenida da Liberdade se encuentra a 5 minutos en metro y te lo pasas de cine. Es una calle muy animada.