Mis hijas se lo pasaron muy bien visitando El Cerro de las Cabezas en Valdepeñas, Ciudad Real, un yacimiento arqueológico en lo que fue en su día una ciudad de los íberos, un pueblo primitivo de la Península Ibérica que no vivía tan mal como nos contaron.
Recorriendo aquellas piedras del pasado pudimos ver que, al igual que ahora, aquellas gentes vivían más en la calle que en sus casas. Lo que te imaginas que eran las casas pocas casas eran. Mi chico decía que eran como los minipisos. No le faltaba razón. Yo no me imagino viviendo en tan poco espacio. Pero se trataba de tener un techo donde cobijarse cuando tocaba cobijarse y salir mucho a la calle. Lo mejor estaba fuera de casa, no dentro.
Los íberos practicaban, según nos contaron en el centro de interpretación del Cerro de las Cabezas, una especie de economía colaborativa. Tenían un granero para toda la ciudad en el que no creo que nadie pagara nada. Cogían grano según sus necesidades. O tal vez cogían el grano que les daba uno de los dirigentes de la ciudad. Políticos ya había entonces. Los del centro de interpretación nos comentaron que habían encontrado restos de cebada en las excavaciones justo donde había estado en su día levantado el granero.
En el Cerro de las Cabezas en Valdepeñas, Ciudad Real aprendes mucha arqueología. Debes visitar también su centro de interpretación. Ver sólo las piedras sin explicación alguna no aporta mucho. las piedras de las edificaciones íberas no se diferencian de las ruinas de cualquier edificación un poco vieja. En el centro de interpretación te dan detalles de la vieja ciudad íbera y de las excavaciones que están haciendo en El Cerro de las Cabezas en Valdepeñas, Ciudad Real, para sacar a la luz las piedras más interesantes para el turista aficionado a la arqueología.
Os recomiendo visitar este yacimiento de la provincia de Ciudad Real. Aprendes en la visita más que en una clase de Historia del instituto. Nosotros pensamos volver. Está a unos ocho kilómetros de la ciudad de Valdepeñas, muy cerca de la carretera. Me llamó la atención de que no hubiera muchos visitantes. El gran público no parece estar muy interesado por los iberos.
Recorriendo aquellas piedras del pasado pudimos ver que, al igual que ahora, aquellas gentes vivían más en la calle que en sus casas. Lo que te imaginas que eran las casas pocas casas eran. Mi chico decía que eran como los minipisos. No le faltaba razón. Yo no me imagino viviendo en tan poco espacio. Pero se trataba de tener un techo donde cobijarse cuando tocaba cobijarse y salir mucho a la calle. Lo mejor estaba fuera de casa, no dentro.
Los íberos practicaban, según nos contaron en el centro de interpretación del Cerro de las Cabezas, una especie de economía colaborativa. Tenían un granero para toda la ciudad en el que no creo que nadie pagara nada. Cogían grano según sus necesidades. O tal vez cogían el grano que les daba uno de los dirigentes de la ciudad. Políticos ya había entonces. Los del centro de interpretación nos comentaron que habían encontrado restos de cebada en las excavaciones justo donde había estado en su día levantado el granero.
En el Cerro de las Cabezas en Valdepeñas, Ciudad Real aprendes mucha arqueología. Debes visitar también su centro de interpretación. Ver sólo las piedras sin explicación alguna no aporta mucho. las piedras de las edificaciones íberas no se diferencian de las ruinas de cualquier edificación un poco vieja. En el centro de interpretación te dan detalles de la vieja ciudad íbera y de las excavaciones que están haciendo en El Cerro de las Cabezas en Valdepeñas, Ciudad Real, para sacar a la luz las piedras más interesantes para el turista aficionado a la arqueología.
Os recomiendo visitar este yacimiento de la provincia de Ciudad Real. Aprendes en la visita más que en una clase de Historia del instituto. Nosotros pensamos volver. Está a unos ocho kilómetros de la ciudad de Valdepeñas, muy cerca de la carretera. Me llamó la atención de que no hubiera muchos visitantes. El gran público no parece estar muy interesado por los iberos.
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