No se habla estos días de confinamientos, Estados de Alarmas y ERTES de las pensiones. Parece que nadie quiere hablar del problema de las pensiones, un problema previo al coronavirus que este virus llegado de China ha venido a agravar. Las pensiones hay que seguir pagándolas. ¿Y se pueden seguir pagando? se preguntan muchos. Se tendrá que poder porque estamos hablando de derechos adquiridos. Lo que no se podrá es afrontar el pago de pensiones futuras con las mismas cuantías.
Las pensiones actuales no son altas, sobre todo en Comunidades Autónomas como Galicia, donde tenemos una pensión media mensual de 962,32 euros en enero de 2020. Hay una diferencia de 447 euros con los 1409,08 euros que cobran de pensión media en el País Vasco. Hablamos de pensiones medias. Hay pensionistas que no alcanzan estas cifras. Es lo que tienen las medias estadísticas. Son el cuento de que un pollo a repartir entre dos comensales da a medio pollo aunque uno de ellos coma el pollo entero y el otro mire como tiene el plato vacío.
No se habla, como he dicho, del sistema de pensiones, pero pronto se hablará. La Seguridad Social cada vez tiene más pagos. El dinero que necesita para afrontar sus pagos o sale de la deuda pública o sale de algún otro lado. Mucho nos tememos de donde saldrá: de los recortes que sufrirán los más humildes. Como siempre. Serán los ciudadanos y ciudadanas de la clase trabajadora currante los que tendrán que afrontar los trescientos mil millones de euros que le va a costar a España la pandemia del coronavirus. Esperemos, pues, una reforma del sistema de pensiones entre 2020 y 2021.
María Rey
Economista