Reinventarse o morir. De eso se trata en estos tiempos de profunda crisis económica a nivel mundial. Hay muchos empresarios que echan a volar su imaginación para poder seguir existiendo como tal y para que sus empresas puedan seguir teniendo cuentas de resultados positivas. Tal es el caso de los hoteles en Dubai, donde los hoteles ofrecen packs de confinamiento en plan tranquilo.
No es una mala idea. Uno se va al hotel y te traen a la habitación la comida sin necesidad de ir al supermercado a exponerte a un contagio. Tú estás en tu suite, con tu cuarto de baño, tu amplio dormitorio, una sala de estar, una terraza, una cocina de pequeñas dimensiones,... igual que en vacaciones, pero, con la diferencia de que no sales. Encima tienes mejores vistas que en tu casa. Es un confinamiento dorado que muchos pagaríamos si pudiéramos. Los hoteleros de Dubai no se olvidan de los médicos. No te faltará personal sanitario. Todo va incluido en el pack vacacional.
En una España donde no se permitirá el desplazamiento interprovincial hasta el mes de junio y en la que unas Comunidades están en fase 1 y otras Comunidades siguen en fase 0 de desconfinamiento, la oferta de los hoteles de Dubai se nos hace muy apetecible. Lo mismo ocurre en otros lugares del mundo. Lástima que la situación económica no nos permita tantos lujos. Vemos a nuestro alrededor como muchas empresas españolas se plantean hacer un concurso de acreedores para renegociar todo lo que puedan renegociar y dentro de unos meses tirar para adelante, tras hacer un conciencudo estudio de viabilidad. Tal vez deberían tomar nota nuestras empresas de los hoteles de Dubai. Hay que ser flexible como el junco, como muy bien dice la famosa canción. Resistiré, sí, pero se resiste mejor echándole imaginación al asunto y adaptándonos.
Los hoteleros de Dubai han sabido sacar negocio del coronavirus. Seguro que les sobran clientes para pasar unos confinamientos de lujo en sus hoteles de lujo. Para algo Dubai es el país de los excesos. El mercado del lujo, dicen, nunca está en crisis. Cuando los pobres estamos en desempleo y sufrimos ERTES, hay millonarios que no saben lo que es la falta de dinero. Dios siempre acaricia a los ricos.
María Rey
Economista
