En mi casa abundan los amuletos. Los tengo a montones porque estoy convencida de la buena energía que meten en mi feliz hogar. Por ejemplo, mis gatos de la suerte. Me refiero a la Familia de Gatos Chinos de la Suerte - Energía Solar de Lucky Cat Gift Shop.
Me costaron 8,72 euros. Pueden parecer algo caros, pero no salen nada caros si tienes en cuenta que mueven la cabeza sin necesidad de meterle pilas. Te ahorras un gasto en pilas gracias a su funcionamiento con luz solar.
Son unos gatos con caras graciosas y más graciosos te parecen cuando mueven las cabecitas. En mi casa se han convertido en un juguete para todos. Les llaman mucho la atención a las visitas. Amigos y familiares han comprado sus gatos de la suerte cuando vieron los nuestros en el salón de casa.
Mi marido quería tenerlos en la habitación. Siempre pone peros a la hora de enseñar mis amuletos a los invitados. Pero, en el salón ya tenía otros gatos chinos que había comprado en un bazar y no quería tanto gatito de la suerte en mi cuarto. Por eso acabaron en el salón. Y allí se quedan. Incluso estoy pensando en comprar otros para la sala donde juegan las niñas. Desde que están en casa me tocó la primitiva cinco veces. No fueron premios importantes, pero algo es algo.
Os los recomiendo. Las cabezas las mueven cuando hay sol o está encendida una luz. Mueven las cabezas los tres a la vez. El acabado de las figuras es perfecto. Las tocas y te da la sensación de tocar porcelana. A mi suegra no le gustan. Dice que la ponen nerviosa. Pero le sucede lo mismo con los gatos chinos de la suerte que mueven una pata. A mí me sucede lo contrario: el movimiento de las cabezas de los gatos al unísono me relaja. Puedo pasar horas contemplándolo.
Me costaron 8,72 euros. Pueden parecer algo caros, pero no salen nada caros si tienes en cuenta que mueven la cabeza sin necesidad de meterle pilas. Te ahorras un gasto en pilas gracias a su funcionamiento con luz solar.
Son unos gatos con caras graciosas y más graciosos te parecen cuando mueven las cabecitas. En mi casa se han convertido en un juguete para todos. Les llaman mucho la atención a las visitas. Amigos y familiares han comprado sus gatos de la suerte cuando vieron los nuestros en el salón de casa.
Mi marido quería tenerlos en la habitación. Siempre pone peros a la hora de enseñar mis amuletos a los invitados. Pero, en el salón ya tenía otros gatos chinos que había comprado en un bazar y no quería tanto gatito de la suerte en mi cuarto. Por eso acabaron en el salón. Y allí se quedan. Incluso estoy pensando en comprar otros para la sala donde juegan las niñas. Desde que están en casa me tocó la primitiva cinco veces. No fueron premios importantes, pero algo es algo.
Os los recomiendo. Las cabezas las mueven cuando hay sol o está encendida una luz. Mueven las cabezas los tres a la vez. El acabado de las figuras es perfecto. Las tocas y te da la sensación de tocar porcelana. A mi suegra no le gustan. Dice que la ponen nerviosa. Pero le sucede lo mismo con los gatos chinos de la suerte que mueven una pata. A mí me sucede lo contrario: el movimiento de las cabezas de los gatos al unísono me relaja. Puedo pasar horas contemplándolo.