La utilidad de un bien, decimos los economistas, es la capacidad que tiene ese bien para satisfacer las necesidades humanas. No cabe duda que la mascarilla, es ese bien que necesitamos los seres humanos para protegernos del peligroso covid-19 y para proteger a nuestros semejantes. Se trata de no contagiarse y de no ser contagiado.
Estas últimas semanas los contrarios al uso de la mascarilla en la calle y en espacios públicos se han multiplicado. Hemos visto una manifestación en Madrid de gente con la cara descubierta echando un pulso insensato al sentido común. Hemos visto también pasquines pegados a las paredes invitando en nombre de algún filósofo del pasado a no usar la mascarilla.
Si leemos las opiniones de los expertos en enfermedades infecciosas encontramos motivos científicos para usar la mascarilla. El principal es evitar que los asintomáticos transmitan el virus. Todos sabemos que una mascarilla protege más a los que nos rodean que a nosotros mismos.
Os recomiendo el uso de la mascarilla, un producto cuya utilidad es satisfacer la necesidad de salud. Debemos olvidarnos del movimiento antimascarilla que deja de lado la necesidad de salud de los humanos para darle prioridad a una mal llamada libertad individual que acabará llevando a más contagios, en un país plagado de brotes de coronavirus.
María Rey
Especialista en Economía Aplicada