Perfumes para nosotras

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Un olor distinto para cada momento

martes, 12 de enero de 2016

Mis vacaciones de Pitufina feliz

1

Me encantan los hoteles urbanos, sobre todo en ciudades como Amsterdam, una ciudad que invita a andar, a ir de restaurantes, de tiendas. 

El Van Gogh Amsterdam es un hotel sencillo que tiene cuatro plantas y sólo quince habitaciones. Nosotros nos sentimos como viviendo en familia. Nos dieron una habitación con 4 camas. Teníamos una cama para cada uno. Por falta de camas no nos peleamos. Mis hijas se sintieron como en casa casi porque tenían una cama para cada una. No les gusta compartir cama. 

Las diez habitaciones dobles que tenían estaban ocupadas. Por eso tuvimos que quedarnos con una de las cinco habitaciones con varias camas. 

Este tres estrellas tiene sus habitaciones decoradas con grandes cuadros de Van Gogh. Son copias, por supuesto, pero le dan un toque original a unas habitaciones decoradas con gusto y en las que predomina lo práctico sobre lo ostentoso. Lo único que me gustó de mi habitación fue el suelo de moqueta roja. La moqueta siempre me da sensación de suciedad por muy limpia que la tengan. 

El cuarto de baño era demasiado pequeño. Lo usabas tú sola y te sentías como una sardina enlatada en lata individual. No os quiero decir lo que era bañar a una niña allí dentro. Acabé casi con claustrofobia. Menos mal que los sanitarios se veían nuevos. 

Os recomiendo el Van Gogh Amsterdam, un hotel urbano de los mejore hoteles urbanos que conocí en Amsterdam. Mi marido decía que me gustaba por los cuadros que tenían en las habitaciones. Tal vez tenía razón. Pero es un hotel con muchas ventajas. Por ejemplo, te dan información turística y te alquilan bicicletas. Mi marido alquiló una. Yo pasé de bicicletas. Necesito cuatro ruedas para sentirme segura. 

El buffet que servían en uno de los salones era un desayuno muy continental, no tan abundante como le gusta a mi marido que sea, pero aceptable. Hasta los zumos de cartón me parecieron ricos. Mi santo decía que me gustaban porque eran de marcas distintas a las que tenemos en los supermercados españoles.

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2

El Hotel Mardevela está en la Avenida de León de Sanxenxo. Tiene una situación muy buena para pasar unos días de descanso en esta bonita localidad gallega. 

Yo me alojé con mi marido un fin de semana largo y romántico. Estuvimos muy cómodos. El Hotel Mardevela es encuentra a primera línea de playa en Sanxenxo, lo cual es genial para las personas a las que nos gusta la playa y no nos gusta tener que meternos en un coche para llegar a un arenal donde pasar horas y horas tomando el sol. 

Para conectarnos a la Red de Redes no tuvimos problemas. La Wi-Fi gratuita del hotel funcionaba a las mil maravillas, sobre todo en nuestra espaciosa habitación. Hablando de nuestra habitación tengo que decir que me encantó. Tenía vistas al mar y una pequeña terraza con una mesa y sillas para relajarte sin necesidad de bajar a la playa. Yo aproveché hasta para tomar el sol en la terraza. 

A donde no fui fue al gran salón común para todos los huéspedes. Mi marido se acercó y me dijo que estaba hasta los topes de gente de todas las edades, sobre todo de críos. Yo no había dejado a mis hijas con su abuela paterna en nuestra casa para verme rodeada de niños ajenos. Una tiene bastante con lo que ha traído a este mundo. 

La habitación, como os dije, estaba muy bien. Tenía la terraza de la que os hablé, un televisor de pantalla plana, un armario que podía ser más grande para meter toda mi ropa y un minibar bastante surtido. 

El cuarto de baño tenía ducha y bañera. La bañera no era gran cosa. Encima la mampara que le habían puesto causaba una sensación de agobio insoportable. 

Os recomiendo este hotel. Si quieres ir a una playa mejor que la que tienes a la puerta del hotel, puedes acercarte a la famosa playa de Silgar. Está a 1 km. Casi puedes ir andando. Para lo que necesitas coche es para ir de compras a Pontevedra. andar 18 kilómetros es mucho andar.

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3

Mi marido siempre consigue sorprenderme con los hoteles que elige para nuestras vacaciones y no vacaciones. Nosotros somos muy viajeros por nuestros trabajos también. No siempre viajamos por placer. 

Tal fue el caso de nuestra reciente estancia en Gijón. Íbamos por trabajo y nos alojamos en el muy azul Hotel Blue Santa Rosa, un hotel decorado de arriba abajo en tonos azules y blancos. Ni que decir que me sentí como la Pitufina allí dentro. 

Nuestra habitación era amplia, con una decoración moderna. La ropa de la cama era blanca y tenía un cubrecamas en azul que hacía juego con el cabecero de la cama, también en azul, y los sillones igualmente azules. El cuarto de baño se salvaba del color azul, pero no del blanco, igual de presente en las paredes de la habitación. 

Este hotel ocupa un edificio con mucho encanto del centro de Gijón. Yo cuando vi la fachada me esperaba un interior más clásico. En todo caso, me gustó como estaba por dentro. Las decoraciones muy clásicas son pesadas y aburridas. 

No todas las habitaciones eran iguales. Las había también en tonos cremas y vino. Yo me quedé con la azul que nos habían reservado. Era más desenfadada, más pitufil. Mi marido decía que era una habitación de chica soltera en piso independiente de la familia. A mi me pareció perfecta. 

No eché en falta ninguna comodidad. Tenía conexión Wi-Fi gratuita y un café de bienvenida sobre la mesa del escritorio que me vino de cine. Se agradece que te reciban como a una invitada especial. 

El Blue Santa Rosa está muy bien situado en el centro peatonal de la ciudad de Gijón. Puedes ir andando hasta los lugares de interés turístico, como la playa de San Lorenzo, el interesante puerto deportivo y la Plaza Mayor de esta bonita ciudad asturiana. Sólo tienes que andar unos 50 metros. 

Desayunamos en el hotel un desayuno continental que sirven en la cafetería, decorada por cierto con diseño tan elegante como el de las habitaciones más modernas. También nos quedamos a comer. Yo me puse hasta las cejas con las tapas locales típicas y mi marido optó por platos a la carta. 

Os recomiendo el Hotel Blue Santa Rosa en Gijón. Es un hotel muy práctico para las personas que nos desplazamos a Gijón por motivos de trabajo.

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