Perfumes para nosotras

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Un olor distinto para cada momento

sábado, 5 de marzo de 2016

Mis vacaciones en Almuñécar

El Peñón del Santo, Almuñécar, es un mirador que divide la playa de esta localidad granadina en dos. Es un sitio perfecto para ver toda la ciudad desde sus treinta metros de altura. 

Desde este peñón se ve muy bien el castillo de San Miguel, la antigua fortaleza árabe que merece una visita. A mí me encanta mirar desde las alturas del peñón las montañas y los cultivos de frutos tropicales que quedan justo abajo de donde tú los estás mirando. 

Hay otros dos peñones más bajos. En los tres hay cantidad de gaviotas y otros bichos de plumas. Esto es lo que no me gusta nada. Las gaviotas siempre me ponen de los nervios. 

Nosotros casi siempre subimos al Peñón del Santo cuando vamos a Almuñécar con las niñas. Nos gusta ver el mundo desde las alturas. El Peñón del Santo tiene una cruz muy antigua. De ahí viene su nombre. La cruz tampoco me hace mucha gracia. Yo no soy nada religiosa. 

En el Peñón del Santo hay una estatua de Abd Al-Rahman I, que estuvo pro estas tierras en el siglo VIII, antes de proclamar el Emirato de Córdoba. La escultura no es antigua. La hicieron en el año 2005, en el aniversario de su llegada a las Costas de Almuñécar. Cuando me lo contaron me defraudó la estatua. No sé por qué le había que levantar una estatua a ese señor lejano en el siglo XXI. 

No te cobran el acceso a este peñón. Puedes ir con los críos sin temores porque la zona de la cruz está rodeada de una valla que evita caídas al mar. Aún así debes tener cuidado con los niños. Mis hijas, a poco que te descuidas, las tienes encaramadas en la valla. Son muy trastos. 

Os recomiendo visitar el Peñón del Santo por las bonitas vistas que tienes desde él de toda la ciudad de Almuñécar u sus alrededores. Es una pena que haya tantas gaviotas por la zona. Lo ensucian todo.