Perfumes para nosotras

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miércoles, 24 de febrero de 2021

Rosalía de Castro: la poeta triste de Galicia

 Hablar de Rosalía de Castro es hablar de tristeza. Lo digo desde la admiración que siento por muchos de sus versos. Escribía bien, pero la morriña doblaba su pluma. Rosalía era una mujer sensible. Tal vez su propio origen había repercutido en una sensibilidad extrema.

Esta escritora gallega había sido hija de una señora de familia pudiente y de un sacerdote. Sus padres no estaban casados, cosa que era muy mal vista entonces. Peor visto estaba que una joven, por muy de familia bien que fuera, tuviera una relación sentimental con un cura y, de esos amores, naciera un hijo. Hoy en día, afortunadamente, esta circunstancia personal sería casi una anécdota sin mayor importancia. Lo importante es que un padre y una madre eduquen con amor a sus hijos, con independencia de la unión que hay o deje de haber entre ellos.

Rosalía creció en una sociedad que la señalaba con dedo acusador como hija ilegítima. Era una niña interesada en la lectura y preocupada por la miseria de la gente que la rodeaba. Lo podemos comprobar en sus versos.

Más sensible se vuelve cuando, tras casarse con Manuel Murguía, se vea obligada a viajar a causa del trabajo de su marido. Siempre añora su tierra natal cuando está en otras regiones de la Península. Pero Rosalía no es sólo la mujer de Manuel Murguía ni es sólo la madre de sus hijos. Es la escritora, es la mujer que vuelve a escribir en lengua gallega tras siglos de silencio en esta maravillosa lengua que muchos tenemos y sentimos como nuestra lengua materna. Rosalía va a escribir en castellano y en gallego. En ambas lenguas brilla su prosa y su verso.

 Rosalía de Castro es una escritora que se codea con Bécquer en el posromanticismo hispánico. He dicho que Rosalía inspira tristeza. Lo mismo puedo decir de Bécquer. En las clases de literatura nos enseñan las rimas más alegres de un poeta enamorado y esconden las rimas del desamor. Amor y desamor. Ganas de tirar para adelante y pesimismo. Son características de los poetas románticos.

Rosalía murió joven. Había cumplido 48 años. Su salud frágil y su tristeza perenne la llevaron a la sepultura antes de tiempo, pero no pudieron enterrarla en el olvido. Rosalía sigue viva en sus libros. Gracias a ellos ha llegado hasta nosotros y  se nos ha revelado como una mujer con nombre propio,  como un ejemplo para las mujeres que queremos ser protagonistas de nuestras vidas.

Hoy es el Día de Rosalía. Voy a citar un libro como recomendación: Cantares gallegos. Bajo este título en castellano la poeta de Padrón recoge muchas de las letras que yo he oído en la boca

María Rey
Economista
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