No me pierdo yo la música
que me pone a todo tren
en la playa cuando nado
entre caimanes otra vez.
Para eso llevo los casos
para en mis orejas meter
los decibelios que aguantan
mis oídos con placer.
No molesto a las abuelas
que cuidan de sus traviesos
nietos que hacen castillos
de arena y los tiran.
Tampoco molesto mucho
a las parejas de novios
si el chico no me mira
y desea estos muslos.