El Bastión de los Pescadores en Budapest es un mirador situado en la colina de Buda, al oeste del río Danubio. Vale la pena visitarlo. Desde su cima se contempla la ciudad enterita. Mi marido se cansó de sacar fotos. Pensé que iba a quedar allí.
Por la zona hay muchos restaurantes. Mi marido no le hizo ascos a la comida. Es de los que come cualquier cosa. Me convenció para ir a comer a un restaurante de la zona. Le trajeron un una tartaleta de salmón que devoró, el segundo plato fue una carne al horno en su punto que no era gran cosa. Lo digo porque yo también la pedí y la dejé casi entera. Y los postres basados en espumas y mus de chocolates no estaban muy para chuparse los dedos, aunque eran lo mejor de la comida. La repostería no es el fuerte de los cocineros húngaros.
Volviendo al Bastión de los Pescadores, este lugar es principalmente un mirador, bonito, pero un mirador. Parece un fuerte con una muralla que permite ver el Danubio y la parte de la ciudad que se llama Pest. os recomiendo visitarlo después de ir al Castillo de Buda. Así ganas tiempo porque te queda al lado. Cuando vas en plan turista cultural hay que estirar el tiempo para visitar todo lo que merece la pena.
Se puede subir en autobús hasta el mirador, andando o el teleférico vertical de pared. Quisimos subir de esta ultima manera pero había una fila de mas de media hora de gente de todos los países esperando turno. Acabamos subiendo andando. Casi dejo las piernas. Menos mal que no llevaba tacones.
Si volvemos, iré en autobús fijo. No me importa tener que esperar una hora a encontrar plaza en un autobús. Todo menos subir andando. Es muy cansado.
No descartamos volver. A mi hija mayor le encanta hacer turismo cultural. Lo heredó de su padre. Siempre nos dice que quiere ir. Le encantan las fotos que quitó su padre del Bastión de los Pescadores.
Por la zona hay muchos restaurantes. Mi marido no le hizo ascos a la comida. Es de los que come cualquier cosa. Me convenció para ir a comer a un restaurante de la zona. Le trajeron un una tartaleta de salmón que devoró, el segundo plato fue una carne al horno en su punto que no era gran cosa. Lo digo porque yo también la pedí y la dejé casi entera. Y los postres basados en espumas y mus de chocolates no estaban muy para chuparse los dedos, aunque eran lo mejor de la comida. La repostería no es el fuerte de los cocineros húngaros.
Volviendo al Bastión de los Pescadores, este lugar es principalmente un mirador, bonito, pero un mirador. Parece un fuerte con una muralla que permite ver el Danubio y la parte de la ciudad que se llama Pest. os recomiendo visitarlo después de ir al Castillo de Buda. Así ganas tiempo porque te queda al lado. Cuando vas en plan turista cultural hay que estirar el tiempo para visitar todo lo que merece la pena.
Se puede subir en autobús hasta el mirador, andando o el teleférico vertical de pared. Quisimos subir de esta ultima manera pero había una fila de mas de media hora de gente de todos los países esperando turno. Acabamos subiendo andando. Casi dejo las piernas. Menos mal que no llevaba tacones.
Si volvemos, iré en autobús fijo. No me importa tener que esperar una hora a encontrar plaza en un autobús. Todo menos subir andando. Es muy cansado.
No descartamos volver. A mi hija mayor le encanta hacer turismo cultural. Lo heredó de su padre. Siempre nos dice que quiere ir. Le encantan las fotos que quitó su padre del Bastión de los Pescadores.