Perfumes para nosotras

Perfumes para nosotras
Un olor distinto para cada momento

jueves, 29 de septiembre de 2016

Mis vacaciones lujosas en Marbella



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Todo el mundo conoce el famoso Puerto Banús y quien no lo conoce debería conocerlo y visitarlo. Allí todo es lujo. Te sientes como una Reina entre tantos dólares. El Puerto José Banús, conocido a nivel mundial como Puerto Banús, es un puerto deportivo muy lujoso, situado en la urbanización Nueva Andalucía, entre Marbella y San Pedro Alcántara, en la provincia de Málaga. Es muy fácil de encontrar. 

Yo lo conozco de toda la vida. A mi madre siempre le encantó Marbella y desde niñas nos llevaba a mi y a mi hermana por la zona de Puerto Banús. Es uno de los mayores centros de entretenimiento para turistas y autóctonos de la Costa del Sol. 

Ahora voy mucho con mis niñas. me encanta pasear por sus calles. En las calles del Puerto se encuentras exclusivas firmas de moda como Louis Vuitton, Dior, Gucci, Versace, Bvlgari, o Dolce & Gabbana. A mi chico no le gustan mucho mis paseos porque le dejo las tarjetas temblando. Una no se puede resistir ante tanta belleza que ve en los escaparates y en las tiendas. Se te quitan las penas comprando. Cuando no ando muy sobrada de pasta, me voy al Corte Inglés. Hay uno que vende una barbaridad. Está siempre hasta los topes de gente. 

En alguna ocasión hemos podido alojarnos en los hoteles de la zona. Son hoteles muy lujosos que no están al alcance del bolsillo de la mayoría de ciudadanos de este país y de otros países. Sólo los afortunados se los pueden permitir. 

Lo que le gusta mucho a mi chico es el Boulevard de la Fama de Puerto Banús. Allí se rinde homenaje a personalidades que han promocionado Marbella en el ámbito nacional o internacional. Es muy fetichista. A mis hijas, en cambio, les hace más gracia la gran estatua que hay en una de las rotondas de acceso al puerto. Es una escultura, de tres toneladas, un Rinoceronte vestido con puntillas que hizo en el año 1956 el famoso Salvador Dalí. 

Os recomiendo visitar Puerto Banús. Seguro que lo pasáis tan bien como nosotros cuando vamos en plan turistas ricos por la zona. Sólo por las tiendas merece la pena ir.




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El Parador Málaga Golf es un paraíso para los aficionados al golf. No es mi caso, pero sí es el de mi chico. Por eso hemos estado varias veces en este parador. Como tiene escuela de golf, yo aprovecho para tomar unas clases. Así no doy mucha vergüenza cuando juego con mi marido y sus amigos. 

Este parador está muy bien para pasar unas vacaciones tranquilas. Tiene unas habitaciones preciosas con vistas al mar. La nuestra era enorme. No era lujosa, pero estaba muy bien con su suelo de baldosas, su terracita con las sillas y mesa, un escritorio grande, un televisor de plasma, algunos sillones... Me sentí como en mi casa. El escritorio era lo suficientemente grande como para que mi chico y yo no nos peleáramos por falta de espacio a la hora e trabajar con los portátiles. 

Quedamos a comer en el restaurante del parador. Nos sirvieron una sopa de rape a la malagueña que me dejó loca. Estaba que te chupabas los dedos. También estaban muy ricas las torrijas de pan de cateto y del pescaíto frito ni os hablo. En el Parador Málaga Golf se come de lujo. 

Os lo recomiendo. Yo volvería sin pensarlo dos veces. Está muy bien tanto si te gusta el golf como si te gusta menos. Mi chico alquiló los palos, carritos y demás. Está muy bien que te alquilen todo lo que necesitas para lucirte como una campeona en el campo de golf que tiene un recorrido de 18 hoyos. A mi marido le gustaron mucho los dos green de approach. A mí lo que más me gustó fue el cochecito eléctrico que alquilamos. Iba al campo sólo para subirme al cochecito. Soy como una niña. 

Lo tienen todo muy limpio. Las habitaciones no son iguales. Había algunas que tenían cama de dosel. Me comentó una camarera de habitación que las que tienen cama de dosel son las que más les piden los árabes ricos.



domingo, 25 de septiembre de 2016

Mis vacaciones en el paraíso



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Las Islas Cíes son sin lugar a dudas el paraíso gallego. Yo he ido infinidad de veces. Están en la desembocadura de la Ría de Vigo. Llegas en un plis plas en el ferry. Mi madre siempre se marea, pero yo nunca me he mareado y mis hijas tampoco. 

En total son tres islas, dos de ellas unidas por la playa de Rodas, una playa con aguas tan cristalinas que ves el fondo y unas arenas tan blancas que cuando el sol está muy alto, me molesta su reflejo en el arenal. Nosotros siempre comemos allí, debajo de los árboles que llegan hasta la playa. Se está genial. 

Estas dos islas que están unidas son la de Monteagudo, también conocida como la del Norte y la otra isla es la de O Medio o Do Faro. Del otro lado de la playa que las une hay un lago en el que no te dejan bañar porque hay un montón de especies marinas protegidas. Deben pensar que la gente le va escapar con los bichos acuáticos. 

Mi chico siempre le quita fotos a los crustáceos, es decir, a los centollos,nécoras, cangrejos... Por cierto, van a menos. Antes veías muchos cruzando el puente del lago, pero, la última vez que estuvimos por allí casi no se veían. Debieron morir o alguien se los llevó para comer. 

Cuando vamos solos nos acercamos a la Playa de los Alemanes, una playa nudista muy frecuentada por los alemanes, de ahí su nombre. Me encanta practicar el nudismo. Me hace sentir libre. 

La playa que menos me gusta de las Cíes es la playa de San Martiño. Tiene unos acantilados que meten miedo con sus alturas. No son nada recomendables para llevar niños. 

Lo que sí os recomiendo es visitar las Islas Cíes. Como mucho te lleva una hora de ferry llegar y no te mareas nada. Va muy lento. Y, aunque te marees, como le pasa a mi madre, vale la pena. Estas islas gallegas son un paraíso.




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Los niños de hoy en día conocen los animales visitando zoos y parques temáticos. Es el caso de mis hijas. A mí no me gustan mucho esos sitios, pero acabo llevándolas porque es una manera práctica de que se familiaricen con los bichos que sólo ven en la televisión y en fotografías. 

Uno de esos parques a los que las llevamos es el Faunia parque temático, Madrid, un parque que tiene un montón de animales vivos y que está en funcionamiento desde el año 2001. Es un parque que se renueva constantemente para atraer a los visitantes. Tienen espectáculos con animales de todos los países del mundo e incorporan constantes novedades. Siempre que vamos hay algo nuevo. 

Lo que más les gusta a mis hijas del Faunia parque temático, Madrid es la granja. Allí hay gallinas, cerdos, ovejas y demás animales domésticos. Es una granja de aldea tal cual. 

Lo que no me gusta nada a mí es el dinero que gastamos en el Faunia parque temático, Madrid. Te cobran hasta por respirar. A mi niña mayor se le da siempre por darle de comer al bicherío que hay en el lago y hay que pagar el alpiste de los patos y demás aves acuáticas. el otro día quería darle de comer a los cocodrilos. Le dije que ni hablar. Yo no pagaba cinco euros por la comida de aquellos bichos. 

Pese a todo, os lo recomiendo. El Faunia parque temático, Madrid tiene todos los animales del mundo mundial. Hasta tiene pingüinos en una zona helada como en los Polos. ¿Y qué decir del mariposario? En mi vida había visto tantas mariposas juntas volando por una vegetación frondosa. 

A mi hija pequeña le hace mucha gracia ver como nacen las tortugas. Son crías de las tortugas gigantes que tienen en una especie de isla. Salen del huevo con una facilidad pasmosa. Como le digo yo, sólo las hembras mamíferas sufrimos al parir.




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Hay museos de todo y para todos los gustos. También hay uno del bordado. Me refiero al Museo del Bordado Marcial Moreno Pascual, ubicado en una casa de labradores de principios del siglo pasado. Es una casa que se ha renovado conservando lo que tenía de antiguo. Por ejemplo, su antigua estructura, excepto en la planta superior. Es la casa típica lagarterana. 

Yo fui a este museo con mi madre. Le encantan los bordados y todo lo que tiene que ver con la costura. Yo soy menos aficionada a las labores de aguja, pero, por contentarla, la acompañé. 

En la planta baja del museo se encuentra un portal con cerámicas y todo tipo de utensilios de cinc y cobre de los siglos XVI al XX; una sala de láminas y óleos con motivos religiosos, un montón de cornucopias y espejos de los siglos XVIII y XIX y un dormitorio tradicional con una sala dedicada a los bordados donde hay una muestra de labores y trajes típicos de la zona de Oropesa (Toledo). Los espejos son preciosos. Es una pena que no te vendan alguno para llevar para casa. No quiero decir que te vendan los originales, pero podían tener copias de esos preciosos espejos antiguos para los visitantes. Se ganarían una pasta. 

En la primera planta se encuentra la exposición permanente de la obra costumbrista del bastante conocido Marcial Moreno Pascual. Me llamó mucho la atención ver en el patio del museo el verraco vettón encontrado hace no mucho tiempo en las inmediaciones de Lagartera. Había muchos turistas sacándole fotos. 

Os recomiendo visitar este museo. Se recorre pronto. Es un museo ideal para las personas aficionadas a las labores de la aguja. Ves bordados antiguos muy trabajados. La gente de antes se dejaba la vida haciendo cosas perfectas. Mi madre sacó fotos para hacer ella alguno bordados que le gustaron especialmente. Tiene mucha paciencia para bordar, cosa que las hijas no tenemos.





viernes, 23 de septiembre de 2016

Mis vacaciones en Murcia



 



El Parador de Puerto Lumbreras (Murcia) está en la Avenida Juan Carlos I, 77 de la citada localidad murciana. Es un edificio pintado de blanco sin la majestuosidad de otros paradores nacionales. 

Este parador es bastante más moderno y podría serlo más si hubieran acertado con la decoración, cosa que no hay hecho. Intentaron darle un toque parador con muebles tirando a antiguos y el resultado no ha sido satisfactorio. 

Lo que más me gustó del Parador de Puerto Lumbreras (Murcia) fueron los jardines y la bonita piscina exterior que tiene. Tuvimos la gran suerte de que no había mucha gente y daba gusto nadar al no tener que compartir las aguas estancadas con una multitud. Además, mucha de la gente que se hospeda en este parador es por motivos de trabajo. Hay mucho empresarios que aprovechan para descansar en sus viajes entre Murcia y Andalucía. Era nuestro caso. Mi chico y yo estábamos haciendo un viaje de trabajo. 

Las estancias comunes de este parador son amplias, luminosas, cómodas. Tiene muchos espacios diáfanos. Las habitaciones también son grandes. La nuestra tenía una gran cama de matrimonio con una colcha que daba alegría con tanto color chillón y tenía las paredes pintadas de color crema. Una cortina verde le daba al cuarto un toque desenfadado. Lo que no me gustó nada fue el televisor viejo que nos dejaron. Encima funcionaba mal. Mi chico no pudo ver el fútbol. Llamó a recepción y nos dijeron que todos los televisores eran iguales. Un gran consuelo. 

No os recomiendo ni os dejo de recomendar el Parador de Puerto Lumbreras (Murcia). Hay paradores mucho mejores. La ventaja es su ubicación porque te queda muy de camino si vas en coche de Murcia a Andalucía. 

Lo que sí os recomiendo es comer en el restaurante del Parador de Puerto Lumbreras (Murcia). Sirven unas ensaladas muy ricas y los lomos de merluza a la murciana están que te chupas los dedos.

martes, 20 de septiembre de 2016

Mis vacaciones con encanto en Spain



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El Parador de Zamora es un palacio con cierto encanto. Lo han modernizado lo suficiente como para que te sientas cómoda, pero no han renunciado a conservar sus características de otros tiempos. Así vemos techos de madera en estancias comunes y habitaciones, suelos de madera, muebles con un toque de anticuario que se mezclan con buenos televisores de plasma en habitaciones grandes y bien iluminadas por la luz exterior. 

La habitación que nos dieron a nosotros era enorme. Estuvimos comodísimos. Para mí el espacio es muy importante. Siempre digo que el éxito de matrimonio está en que vivimos en un dúplex grande. 

Este palacio rencentista del siglo XV es muy recomendable. Me gustó. Tiene una piscina exterior grande, no está muy concurrido por los turistas y es tranquilo a más no poder. A mi chico le gustó todavía más que a mí. Le encanta la arquitectura medieval, las armaduras, los tapices, las camas con dosel y todo el mobiliario antiguo. Nuestra cama no era de dosel. Menos mal. Yo prefiero camas más normales. 

Nos quedamos a comer y cenar en el restaurante del parador. Se come bien. Las presas de ternera estaban deliciosas y lo mismo puedo decir del rebojo zamorano. Apuestan mucho por los platos locales. 

El Parador de Zamora es muy recomendable para pasar unos días alejada del mundanal ruido. Está todo muy limpio y muy cuidado y el personal es bastante amable. Tiene estancias que me gustaron más que otras. La que menos me gustó fue el patio interior. De día podía pasar, pero de noche metía miedo. Mirabas hacia arriba y, con la iluminación que tenía, parecía la casa de Drácula. Yo hubiera puesto alguna vidilla en el patio con árboles pequeños y flores. Al estar tan desnudo carecía de encanto. Tampoco eran muy de mi gusto algunos pasillos en los que encontrabas escudos en relieve en las paredes. Me recordaban las guerras del pasado.




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Los romanos fueron tan listos que hasta encontraron oro en León. Me refiero a Las Médulas, unas minas de oro que hoy en día están rodeadas de una vegetación digna de una selva. Casi me sorprendió que hubiera tantos turistas visitándolas cuando fuimos nosotros. Yo agarré a mis hijas de las manitas porque temía que se me perdieran entre tanto árbol salvaje. 

Iniciamos la visita en el aula arqueológica, donde te dan toda la información habida y por haber sobre el funcionamiento de la extracción de oro y la importancia de estas minas en su momento. Le dieron trabajo a mucha gente. 

Estas minas no funcionaron durante mucho tiempo. Sólo estuvieron en funcionamiento unos cien años. El oro pronto se acaba. Es una pena. 
Los paisanos de la zona descendientes de los que en el siglo I de nuestra era se ganaron la vida sacando oro de la tierra, se quedaron con el resultado de un los movimientos de tierras y aguas cambiaron por completo el paisaje, hasta el punto de que originaron un lago, el lago de Carrucedo. 

Os recomiendo visitar las Médulas. Es como ir a una clase de Historia in situ. Una cosa es leer algo sobre las Médulas en un libro de texto y otra cosa es ver el desastre que hicieron en el paisaje local. Yo creo que aquello fue más bonito antes de que a los romanos del Imperio se les diera por buscar oro debajo de aquellas tierras. 

Os aconsejo también ir hasta el Mirador de la Orellán, situado en el pueblo del mismo nombre, es impresionante, y desde allí hay unas vistas preciosas de Las Médulas. Nosotros fuimos por una de las rutas que recorren el antiguo yacimiento, hoy un parque cultural muy visitado. Nos apuntamos a una que organiza el Centro de Recepción de Visitantes.Mi chico quería ir por su cuenta, pero le dije que ni hablar. Él no conocía la zona y podíamos perdernos la familia entera. Sería un disgusto para nosotros y para el resto de los familiares.




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Tuve la suerte de ver las Cuevas de Altamira cuando no tenían las visitas restringidas y no puedo decir que me parecieran para tanto. Fui con mi hermana la primera vez. La segunda vez fui con mi chico. Todavía estábamos solteros. 

Estas cuevas no son muy grandes. Yo me esperaba encontrar algo mucho más amplio. Sentí agobio allí dentro. La cueva es de trazado irregular y sólo tiene 270 metros de longitud. Consta de un vestíbulo, una galería más pequeña que una habitación de hotel y la sala lateral que debieron utilizar en su día para guardar cosechas. Dentro está lo que se considera el arte rupestre prehistórico. Los dibujos tienen unos 14.000 años de antigüedad y representan todo tipo de animales de la época: bisontes, ciervos, jabalíes, caballos... Yo no me creo mucho que sean de esa época. Parecen dibujos hechos por algún listo que quiso promocionar su tierra. Me refiero al descubridor de las cuevas. Los dibujos están pintados con pinturas ocres naturales de color rojo y ribeteadas en negro. 

He ido también a ver la Neocueva del Museo de Altamira. En esa cueva han hecho los mismos dibujos empleando los mismos procedimientos pictóricos. Por ejemplo, el gran techo de los bisontes polícromos es idéntico. En la nueva cueva tienen un taller donde te explican las técnicas empleadas en esta obra famosa del arte rupestre. 

Os recomiendo ir a ver las Cuevas de Altamira. Seguro que no te dejan ver la vieja, pero puedes ver la nueva. Es idéntica. Yo siempre digo que las pinturas no las pintaron los paisanos de Adán y Eva sino un espabilado que se montó el negocio muy bien montado. Mi chico y mi hermana, en cambio, piensan que fueron los hombres primitivos los que hicieron los dibujos con sus propios dedos. Tienen más imaginación que servidora. 

En todo caso, los dibujos son bonitos. Te valen para enseñarles a los niños los animales que no conocen.




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El Parador de Santillana Gil Blas (Santillana del Mar, Cantabria) está muy bien para pasar unos días tranquila lejos del mundanal ruido. Es una casa solariega construida entre los siglos XVII y XVIII que está en la plaza Ramón Pelayo de Santillana del Mar. 

A mí no me gustó mucho. Ver techos con vigas de madera por toda la casa no me va. Encima alguna araña había hecho sus telarañas entre las vidas de la habitación que nos tocó. Tuve que pedir una escoba para limpiar yo misma aquel techo. Mi chico se partía de risa. Siempre le hace mucha gracia mi obsesión con la limpieza. 

Menos me gustaron las estancias comunes. Me sentía como en la casa de mi primera antepasada. Había un saloncito con un armario de esos que tenían todas las casas de la aldea antiguamente. Las mesas y sillas también eran de casa de abuela. 

Los mismos muebles antiguos encontrabas en las habitaciones. La nuestra tenía una cama que parecía salida de una tienda de antigüedades. Peor era el televisor. ¿Qué les costaría comprar unos televisores de plasma aceptables? Pues no, seguían con los televisores antiguos antiquísimos. Ni siquiera lo encendimos. 

Mi marido se empeñó en comer en el restaurante del parador. No servían unas comidas aptas para estómagos delicados como el mío. Mi chico se puso hasta las cejas de cocido montañés, merluza en salsa a la cántabra, almejas de Pedreña y todos aquellos platos que eran un canto al colesterol. Yo me alimenté de dulces. Los sobaos estaban deliciosos y lo mismo puedo decir de la quesada pasiega. 

No os recomiendo ni os dejo de recomendar el Parador de Santillana Gil Blas (Santillana del Mar, Cantabria). Hay paradores mucho mejores. A mí me gustan los que son tipo castillo y tienen las comodidades a las que estoy acostumbrada. Este parador de Santillana del Mar es demasiado rústico para mi gusto. Ni siquiera puedo decir que me guste su fachada. Demasiado sobria para mi gusto.

Mis vacaciones en la Sierra de Gredos



El Parador de Oropesa (Toledo) es un parador que está en un castillo del siglo XIV, en la Plaza Palacio, 1, de esta bonita localidad toledana. Lo que más me gustó de este parador fueron sus vistas a la Sierra de Gredos. 

Sus interiores son como lo fueron en su día. Muchas lámparas de otros tiempos, estancias amplias y decoración medieval en general. Lo único que se sale del medievo es la preciosa piscina que hay en el jardín. No creo que en La Edad Media tuvieran piscinas en ningún castillo. La gente entonces no nadaba. Eran personas de poca agua. 

A nosotros nos dieron una habitación grande, poco luminosa, decorada en tonos marrones y rojos. Detrás del cabecero de la cama había un tapiz rojo precioso. El suelo era de madera y los techos, también de madera, tenían vigas descubiertas, cosa que no me gusta. La cama era cómoda. 

Estaba todo muy limpio. Tanto las estancias comunes como nuestra habitación se veían limpias como los chorros del oro. Fue una pena que estuvieran las habitaciones más modernas ocupadas. Las había mejores que la nuestra. Unos amigos nuestros que también se alojaron en el Parador de Oropesa (Toledo)por las mismas fechas tenían una habitación mucho más luminosa y sin vigas visibles en el techo. 

Nos quedamos a comer en el parador. No fue un gran acierto porque las perdices que pusieron casi me quitan el apetito para toda la vida. No puedo ver una perdiz en un plato ni en ningún sitio. Me dan asco. Yo comí unas migas que me sentaron como un tiro en el estómago. En el restaurante del Parador de Oropesa (Toledo)hay muchas especialidades de la cocina toledana. Por ejemplo las frutas de sartén. Las pruebas y no las olvidas. 

Os recomiendo el Parador de Oropesa (Toledo) por lo tranquilo que es. Además, el personal es muy amable, mucho más que en otros paradores. Te tratan como si fueras de su familia.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Mis vacaciones de monja de clausura



No me gustó nada el Parador de Guadalupe (Cáceres). Es un parador que no se ha librado de su pasado monacal. Este parador que está en la calle marqués de la Lomana fue un hospital en el siglo XV, el Hospital de San Juan Bautista. 

Hasta el jardín tiene un estilo monástico que parece que en cualquier momento van a salir las monjas con sus rosarios rezando por la humanidad. Cuando vi la piscina que hay en el jardín se me fueron las ganas de nadar. Tenía aspecto triste. 

Este parador mejoraría mucho con una decoración más alegre. Algo hicieron al respecto. Por ejemplo, pintar las paredes de blanco por fuera, pero los soportales con el color blanco de los muros todavía te hacen regresar más al pasado con tus pensamientos. Debieron dejar las paredes con piedras descubiertas. 

Nosotros nos quedamos a comer y tampoco me gustó la comida. Nos sirvieron un bacalao monacal, unas migas y un muérdago de Guadalupe. Es todo muy tristón. También la comida. 

Nuestra habitación era para no perderla. Casi no tenía ventanas, sólo unos ventanucos horribles tapados por unos trozos de tela marrón a juego con una colcha del mismo color marrón monjil. Encima la cama era pequeña. Y lo peor era una escalera de madera que te llevaba hasta otra minúscula ventana. Mi chico decía que era para que las monjas miraran las estrellas. Yo creo que las habitaciones sin ventanas era para que no escaparan las monjas y para que los enfermos murieran más pronto. En la Edad Media eran muy crueles. 

No os recomiendo el Parador de Guadalupe (Cáceres). Como os he dicho, hay paradores mejores. Yo me sentí como en la mismísima Edad Media. El edificio es más adecuado para un museo que para un hotel. Pudieron reciclarlo en un museo de antigüedades de la época. No lo habrán hecho porque a un Parador siempre le quitan más dinero que a un museo.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Mis vacaciones en Jaén



El Parador de Úbeda en Jaén está en la plaza de Vázquez Molina s/n. Es un palacio rencentista del siglo XVI, sobrio, con una fachada triste que le da aspecto cuartelero. cuando llegamos mis hijas decían que parecía una cárcel. 

Lo que más me gustó fue su patio interior. Es un patio interior bonito, con una galería doble con la parte superior acristalada. Pasé muchas horas leyendo alguna lectura que tenía pendiente en este patio interior, que siempre estaba tranquilo. 

Las habitaciones de este parador son grandes, acogedoras, algunas con camas de dosel. Yo me quedé con una que no tenía cama de dosel. No me gustan nada ese tipo de camas. 

Nuestra habitación era grande, con una cama de matrimonio con cabecero de madera en color cerezo. La cama era cómoda. El suelo era de madera y tenía una gran alfombra a los pies de la cama que mi marido decía que era de lana de oveja. Acabó dándome tanto asco que la enrolle y allí quedó enrollada en una esquina de la habitación mientras nosotros estuvimos por allí. 

Había habitaciones peores. Por lo menos la muestra no tenía un aspecto tan medieval como otras habitaciones que me enseñaron. Nos enseñaron una que tenía una especie de cortina a modo de cabecero de la cama y no parecía que estuviera muy limpia. 

Nos quedamos a comer en el restaurante del parador porque no me apetecía salir mucho por Úbeda. Preferí quedarme en el Parador a acabar haciendo turismo cultural con mi chico. No me gusta nada andar. Nos sirvieron tanto a la comida como a la cena ricos platos andaluces. Me gustaron mucho los pimientos rellenos de perdiz y del cabrito estofado con piñones ni os hablo porque se me hace la boca agua. 

Este Parador de Úbeda queda a unos 57 kilómetros de Jaén, pero no hace falta desplazarse hasta la capital de la provincia porque en Úbeda hay de todo. Mejoró mucho desde que yo iba con mis padres de vacaciones a la casa de una tía de mi madre. 

Os recomiendo el Parador de Úbeda. Hay Paradores mejores, pero no está mal. Lo tienen bastante limpio y las habitaciones son grandes. La nuestra tenía una especie de saloncito con sillones antiguos que nos vino muy bien. Cuatro personas en una habitación necesitan espacio.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Mis vacaciones en la playa de Platja d'en Bossa



El Hotel Sirenis Tres Carabelas & Spa está al lado de la playa. Me refiero a la playa de Platja d'en Bossa, una playa muy bonita, pero bastante concurrida. Si no quieres ir a la playa puedes quedarte en las piscinas al aire libre del hotel. Yo no fui mucho a las piscinas. Prefiero una playa abarrotada a una piscina por buena que sea la piscina. 

Lo que sí frecuenté fue el spa y el gimnasio. Dice el médico que tengo que hacer ejercicio. Por eso estoy yendo bastante a lo gimnasios en todas partes. 

Las habitaciones están bastante bien, aunque unas mejor que otras. Nos habían reservado una habitación con un cuarto de baño que me tiró para atrás cuando vi la cortina en la bañera. Fueron muy amables al cambiárnosla por otra que tenía un cuarto de baño más moderno. No tenía bañera, pero sí una ducha de las modernas con mampara. 

Nuestra habitación era grande y fresquita gracias al buen aire acondicionado que tenía además del balcón privado. Me gustó mucho el gran televisor de plasma con TV vía satélite. También había minibar y caja fuerte. 

No nos aburrimos. Cuando no íbamos a la playa, bajábamos a las piscinas. Mis niñas fueron mucho a las piscinas cubiertas. Yo, en cambio, la vez que me metí en la piscina fue en las piscinas al aire libre.Mi marido jugo varios partidos de tenis con unos amigos que también estaban alojados en el hotel. Es muy deportista 

Os recomiendo este hotel. Es perfecto para unas vacaciones de sol y playa con niños. Tienes un parque infantil para dejarlos. También es muy recomendable por su spa, que cuenta con piscina cubierta, una buena bañera de hidromasaje y un baño turco que no olvidas. Yo me apunté a sus masajes y tratamientos de belleza. tuve que pagar un suplemento, pero me valió la pena porque me dejaron nueva. 

Hicimos todas las comidas en el hotel. El restaurante buffet te pone unos platos internacionales en un comedor con vistas panorámicas al mar que te abren el apetito. 

No hace falta alquilar un coche si te gusta el transporte público. El hotel se encuentra a unos dos minutos de una parada de autobús. También te quedan por allí los barcos que hacen viajes a Formentera.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Mis vacaciones lujosas en México



Cuando llegas al Best Western Majestic Hotel, Ciudad de México esperas encontrarte con unas habitaciones espectaculares porque la zona de recepción es tan espectacular como la fachada del edificio. Nada tienen que ver con las habitaciones simplonas. 

La nuestra era una habitación grande, con dos camas tan sencillas que parecían de las rebajas de Ikea. Las colchas eran vistosas, cosa bastante común en los hoteles mexicanos. Se nota que les gusta el colorido en los tejidos de la ropa de cama. 

No me gustó la tremenda cristalera que tenía nuestro cuarto. Entraba la luz a raudales y casi no podías dormir de noche. Había un balcón minúsculo que ventilaba muy bien la estancia cuando abrías la puerta-ventana. 

El televisor era antiguo. Yo pensé que los televisores viejos ya no existían en ningún país. En este hotel de México hay para dar y regalar. Nosotros ni lo encendimos. 

En el suelo había moqueta marrón. No me gustó. La moqueta, por limpia que esté, siempre me da sensación de asquito. Prefiero los suelos de baldosa. 

El Best Western Majestic Hotel, Ciudad de México no me gustó nada. Quitando su buena ubicación, todas son desventajas. El ascensor es más que antiguo. Yo bajaba y subía por las escaleras de caracol. El ascensor funcionaba de manera rarísima y era más lento que una tortuga. subiendo por las escaleras llegaba antes que mi marido, quien sí se apuntó a las subidas y bajadas en aquel ascensor que merecía estar en un museo de trastos antiguos. 

No os recomiendo este hotel. Hay hoteles mejores en ciudad de México. Este hotel engaña: por fuera lo ves muy majestuosos y por dentro es como una pensión española. Encima la limpieza brillaba por su ausencia. tuve que limpiar el cuarto de baño a fondo. Había cucarachas. Casi me muero de asco. La habitación también la limpiamos entre yo y mi marido. Con tanta limpieza que tuvimos que hacer, nuestras vacaciones se convirtieron en días de trabajo.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Mis vacaciones de sol y mucha playa en Ibiza


 



El Sirenis Hotel Club Goleta, Ibiza, es un hotel de soy y playa que está muy bien para unas vacaciones con niños. Nosotros estuvimos casi una semana con nuestras hijas. Nos gustó el hotel, pero podría estar mejor.

Por ejemplo, no me gustó que hubiera dos camas pegadas en nuestra habitación. Eran grandes, pero prefiero tener una cama de matrimonio. Tampoco me gustó que las ventanas estuvieran detrás del cabecero de la cama. Mi marido decía que era para despertar antes por la mañana. Yo cuando tengo sueño no despierto ni aunque me entre el sol a raudales sobre mi cabeza.

Las vistas eran preciosas. Las ventanas daban a la playa y la pequeña terraza a la piscina. Yo temí que nos llegaran los ruidos de abajo. No pasó tal cosa. Cerrabas bien las puertas de la terraza y no se oía el alboroto de la piscina.

Otra desventaja fueron los colchones. Nosotros estamos acostumbrados a colchones más blanditos. Aquellos colchones eran de muelles y duros como una piedra. Hasta mis hijas se quejaban y ellas no son de quejarse mucho con las camas.

Tampoco me gustó mucho el cuarto de baño. Le faltaba luz. Menos mal que la ducha era de las modernas, de esas que tienen diferentes chorros y presiones para dejarte relajada. Las toallas nos las cambiaron todos los días y nos dejaron toallones casi. No tuve queja. Tampoco tuve queja con la limpieza del cuarto de baño y de la habitación.

El hotel estaba hasta los topes. No te aburrías. Mis hijas hicieron un montón de amiguitos. Me gustó que hubiera tumbonas para todos en la zona de las dos piscinas. Detesto los hoteles donde hay peleas por una tumbona.

Os recomiendo el Sirenis Hotel Club Goleta, Ibiza, es un hotel que está muy bien para unas vacaciones de verano con niños pequeños. También está bien para practicar idiomas. En el hotel había muchos ingleses e italianos. De ahí que las actividades de animación fueran mayoritariamente en sus idiomas. Mis hijas aprendieron italiano y mejoraron su inglés.

La estancia no nos salió nada cara. Comimos, cenamos y desayunamos en el hotel. Estábamos con una oferta de todo incluido, cosa que a mí no me gusta mucho porque, a veces, cuando vas con el todo incluido, la comida deja mucho que desear. No fue el caso. Los buffets estaban muy bien surtidos.