"Candela Prêt á Porter" me regaló un bolso en el que cabe un mundo. Lo llevé casi todos los días este verano porque puedo meter desde las toallas de la playa hasta mi billetera, que siempre llevo llena de billetes de cincuenta euros, mi billete favorito de la moneda europea.
El verano me encanta. Es cuando me regalan más ropa. Debe ser porque estos vestiditos frescos no se venden en invierno y las marcas prefieren dármelos a mí, una chica guapa, antes de tirarlos en un cesto de ropa de Cáritas. Los pobres pueden esperar hasta Navidad.
Volviendo al bolso, os lo recomiendo. Es chulísimo. El otro día lo llevé para ir a cenar a Lucio. Los camareros me miraban como si les fuera a marchar con los platos. ¿Para qué iba a querer yo la vajilla de Casa Lucio en mi casa? Prefiero comer en platos low cost. En mi casa todo el menaje de cocina es low cost; igual que mi ropa e igual que este bolso grande que me regaló "Candela Prêt á Porter".