Estoy en Madrid sola solísima. He llegado al aeropuerto procedente de Barcelona y alquilé un coche de GoldCar. Mi marido me mataría si lo sabe. A él no le va nada esta empresa. Dice que sólo tiene coches viejos y defectuosos.
No es el caso de este automóvil que me dieron. Va de cine. Le he dado varios frenazos y no se me estropeó. Yo soy una buena conductora, pero freno mucho. Una si no frena choca y eso de chocar me da miedo.
Me alojo en el Hostal Rivera, en plena Gran Vía madrileña. Un hostal que no es más que una pensión barata. Me va a salir la noche por 21 euros. Mañana iré a Lisboa en mi coche de GoldCar y se lo dejaré en el aeropuerto. Mi vida es un viajar continuo. Siempre digo que el éxito de mi matrimonio está en que siempre estamos viajando.