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El Best Western Candia Hotel es un hotel que está en 40, Diligianni Str., Atenas, Grecia. Es perfecto para los turistas porque no te sale muy caro y está en el centro de Atenas.
Mucho tampoco te pueden cobrar porque, pese a ser un cuatro estrellas, es muy sencillo. Las habitaciones parecen más de un dos estrellas de España que de un hotel que tiene cuatro estrellas. La nuestra era pequeña y tenía tres camas. Casi no podías ni moverte. Te levantabas de noche para ir al baño y te dabas golpes con las otras tres camas. Era horrible, sobre todo para mí que estoy acostumbrada a alojarme en habitaciones amplias.
Lo bueno de las tres camas en una habitación fue que nos pudimos meter los cuatro. Mi chico y yo nos apretujamos en una cama y las otras dos camas se las repartieron las niñas.
La habitación estaba decorada en tonos cremas. Los suelos eran de tarima de madera. Tenía un espejo enmarcado en una madera que recordaba los muebles viejos a juego con un escritorio con igual aspecto de mueble de otros tiempos. Nos dejaron un jarroncito con flores encima del escritorio que quité nada más verlo. Detesto las flores en las habitaciones.
El cuarto de baño no era mejor. Lo único que tenía de bueno era el jacuzzi. Te metías allí dentro y se te iban las tensiones del día.
En todo caso, os recomiendo este hotel. El Best Western Candia Hotel es un hotel bastante tranquilo y lo tienen muy limpio. Nuestra habitación estaba como los chorros del oro.
Me gustó que tuviera un buen aire acondicionado para no asarnos de calor allí dentro, conexión Wi-Fi gratuita, una nevera pequeña en la que podías guardar alguna bebida que traías de fuera y un televisor de pantalla plana. Tuvimos la suerte de que nos dieran una habitación con balcón con vistas a la ciudad. Desde la ventana veías la Acrópolis. Todo un lujo.
La piscina no era gran cosa. Era una piscina pequeña que parecía de un chalé segunda vivienda de una familia burguesa.
Lo que más me gustó de este hotel fue la ubicación. El Best Western Candia Hotel está muy cerca del Museo Arqueológico Nacional. Nosotros fuimos andando.
También destacaría lo bien comunicado que está. Este hotel está entre las estaciones de metro de Larissis y Metaxourgeio y enfrente de la estación central de trenes de la ciudad de Atenas.
Mucho tampoco te pueden cobrar porque, pese a ser un cuatro estrellas, es muy sencillo. Las habitaciones parecen más de un dos estrellas de España que de un hotel que tiene cuatro estrellas. La nuestra era pequeña y tenía tres camas. Casi no podías ni moverte. Te levantabas de noche para ir al baño y te dabas golpes con las otras tres camas. Era horrible, sobre todo para mí que estoy acostumbrada a alojarme en habitaciones amplias.
Lo bueno de las tres camas en una habitación fue que nos pudimos meter los cuatro. Mi chico y yo nos apretujamos en una cama y las otras dos camas se las repartieron las niñas.
La habitación estaba decorada en tonos cremas. Los suelos eran de tarima de madera. Tenía un espejo enmarcado en una madera que recordaba los muebles viejos a juego con un escritorio con igual aspecto de mueble de otros tiempos. Nos dejaron un jarroncito con flores encima del escritorio que quité nada más verlo. Detesto las flores en las habitaciones.
El cuarto de baño no era mejor. Lo único que tenía de bueno era el jacuzzi. Te metías allí dentro y se te iban las tensiones del día.
En todo caso, os recomiendo este hotel. El Best Western Candia Hotel es un hotel bastante tranquilo y lo tienen muy limpio. Nuestra habitación estaba como los chorros del oro.
Me gustó que tuviera un buen aire acondicionado para no asarnos de calor allí dentro, conexión Wi-Fi gratuita, una nevera pequeña en la que podías guardar alguna bebida que traías de fuera y un televisor de pantalla plana. Tuvimos la suerte de que nos dieran una habitación con balcón con vistas a la ciudad. Desde la ventana veías la Acrópolis. Todo un lujo.
La piscina no era gran cosa. Era una piscina pequeña que parecía de un chalé segunda vivienda de una familia burguesa.
Lo que más me gustó de este hotel fue la ubicación. El Best Western Candia Hotel está muy cerca del Museo Arqueológico Nacional. Nosotros fuimos andando.
También destacaría lo bien comunicado que está. Este hotel está entre las estaciones de metro de Larissis y Metaxourgeio y enfrente de la estación central de trenes de la ciudad de Atenas.
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El Abba Burgos es un hotel que está en la calle Fernán González, 72, una ubicación muy buena para hacer turismo por Burgos.
Nosotros elegimos este hotel tanto por su ubicación como por la estupenda piscina que tiene. El Abba Burgos está situado a sólo cuatrocientos metros de la catedral de Burgos. Puedes ir andando. Pero mejor que su ubicación es la piscina. Tiene una piscina cubierta climatizada que es una pasada. Pasé horas nadando. Da gusto nadar con el agua calentita en invierno. También tiene una buena sauna, un gimnasio completito y una pista de pádel donde mi chico pasó horas jugando con su hermano. A mí no me gusta este deporte de raqueta.
No nos cobraron extra ni por la piscina ni por el gimnasio, sauna y demás. Todo un detalle. Otra ventaja a tener en cuenta era la conexión Wi-Fi gratuita en todo el hotel, habitaciones incluidas.
Nuestra habitación era grande, con tres camas, y las había de cuatro incluso. Es un hotel pensado para gente que hace el Camino de Santiago, como decía mi chico. No era nuestro caso, pero sí el caso de otros huéspedes.
El Abba Burgos se encuentra en el mismísimo camino de Santiago, junto al parque del Castillo y frente al centro de convenciones de Atapuerca. El castillo de Burgos está a una caminata de cinco minutos. Desde nuestra habitación había unas vistas estupendas de Burgos.
La nuestra era una habitación muy luminosa, decorada en colores blancos y con aire acondicionado, televisión vía satélite, caja fuerte y minibar bien surtido. Tenía un escritorio que me vino bien para trabajar cómodamente. Yo soy de las que lleva trabajo encima. Ganar dinero es muy importante para mí, sobre todo en vacaciones. Me llamó la atención que nos dejaran una plancha. Nos vino bien. Mi chico siempre saca de las maletas sus camisas bien arrugadas para tener trabajo que hacer.
El cuarto de baño me gustó menos que la habitación. No era grande y tenía una decoración que mezclaba lo moderno con lo antiguo. Por ejemplo, tenía una bañera cutre dentro de una mampara más adecuada para una ducha por su estilo. Teníamos un secador de pelo y artículos de aseo suficientes para dos personas.
Nos quedamos a comer y a cenar en el restaurante del hotel. Era lo más cómodo porque también estaban alojados mis cuñados. No me gusta salir a restaurantes de fuera de los hoteles cuando estamos en familia. El restaurante Abba sirve platos de temporada elaborados con productos muy frescos. Nosotros comimos en la terraza jardín con vistas a la ciudad. No era grande, pero se estaba bien allí.
El hotel también tenía un bar cafetería, perfecto para tomar esos cafés que los cafeteros no podemos evitar a lo largo del día.
Os recomiendo este hotel. Es bastante moderno en su interior. Lo que no me gustó fue que me cobraran un extra por el parking.
Nosotros elegimos este hotel tanto por su ubicación como por la estupenda piscina que tiene. El Abba Burgos está situado a sólo cuatrocientos metros de la catedral de Burgos. Puedes ir andando. Pero mejor que su ubicación es la piscina. Tiene una piscina cubierta climatizada que es una pasada. Pasé horas nadando. Da gusto nadar con el agua calentita en invierno. También tiene una buena sauna, un gimnasio completito y una pista de pádel donde mi chico pasó horas jugando con su hermano. A mí no me gusta este deporte de raqueta.
No nos cobraron extra ni por la piscina ni por el gimnasio, sauna y demás. Todo un detalle. Otra ventaja a tener en cuenta era la conexión Wi-Fi gratuita en todo el hotel, habitaciones incluidas.
Nuestra habitación era grande, con tres camas, y las había de cuatro incluso. Es un hotel pensado para gente que hace el Camino de Santiago, como decía mi chico. No era nuestro caso, pero sí el caso de otros huéspedes.
El Abba Burgos se encuentra en el mismísimo camino de Santiago, junto al parque del Castillo y frente al centro de convenciones de Atapuerca. El castillo de Burgos está a una caminata de cinco minutos. Desde nuestra habitación había unas vistas estupendas de Burgos.
La nuestra era una habitación muy luminosa, decorada en colores blancos y con aire acondicionado, televisión vía satélite, caja fuerte y minibar bien surtido. Tenía un escritorio que me vino bien para trabajar cómodamente. Yo soy de las que lleva trabajo encima. Ganar dinero es muy importante para mí, sobre todo en vacaciones. Me llamó la atención que nos dejaran una plancha. Nos vino bien. Mi chico siempre saca de las maletas sus camisas bien arrugadas para tener trabajo que hacer.
El cuarto de baño me gustó menos que la habitación. No era grande y tenía una decoración que mezclaba lo moderno con lo antiguo. Por ejemplo, tenía una bañera cutre dentro de una mampara más adecuada para una ducha por su estilo. Teníamos un secador de pelo y artículos de aseo suficientes para dos personas.
Nos quedamos a comer y a cenar en el restaurante del hotel. Era lo más cómodo porque también estaban alojados mis cuñados. No me gusta salir a restaurantes de fuera de los hoteles cuando estamos en familia. El restaurante Abba sirve platos de temporada elaborados con productos muy frescos. Nosotros comimos en la terraza jardín con vistas a la ciudad. No era grande, pero se estaba bien allí.
El hotel también tenía un bar cafetería, perfecto para tomar esos cafés que los cafeteros no podemos evitar a lo largo del día.
Os recomiendo este hotel. Es bastante moderno en su interior. Lo que no me gustó fue que me cobraran un extra por el parking.