1
El Hotel Mercader es un cuatro estrellas que está al lado de Mercamadrid. No es un hotel lujoso, pero está bien para la gente que tiene que hacer algún trabajo por la zona.
No es un hotel que recomiende para personas que quieran ir al centro de Madrid. Te queda a unos diez kilómetros. Yo fui desde el hotel hasta el centro en mi coche y pensé que no llegaba nunca. Me metí en un atasco que desesperaba a mis hijas.
Los otros días me quedé a comer y a cenar en el restaurante de este Hotel Mercader. Era lo más práctico. buscar un restaurante por la zona industrial en la que está ubicado el hotel no me apetecía.
Las mayores ventajas de este hotel es que no tienes problemas para aparcar y la wi fi gratuita de la habitación. Siempre encuentras sitio para tu coche en el parking gratis del hotel.
La habitación que nos dieron no me gustó mucho. Era amplia, pero tenía unas lamparillas colgadas del cabecero de la cama que no me parecía que estuvieran bien colocadas. Casi temía darme un golpe al levantarme.
la decoración de la habitación era mejorable. Por ejemplo, la ventana estaba como tapada por un estor de color oscuro. Debieron ponerlo para que los huéspedes no se asustaran con las naves industriales que se ven desde la ventana.
El cuarto de baño también era mejorable. La mampara que le pusieron a la bañera me agobiaba. Tenía que ducharme con la mampara abierta para no ahogarme allí dentro.
Pese a todo, os recomiendo este hotel. El aeropuerto de Barajas y el centro de congresos IFEMA están a 15 minutos en coche. Puedes desplazarte al resto de Madrid en las líneas de autobús 130 y T32, que conecta con el metro de Legazpi, si prefieres desplazarte en transporte público. Pero lo mejor es que tengas un coche a tu disposición, sobre todo si llevas niños. Los críos no valen para ir en autobús, y menos cuando tienes dos crías acostumbradas al coche de papá y de mamá.
No es un hotel que recomiende para personas que quieran ir al centro de Madrid. Te queda a unos diez kilómetros. Yo fui desde el hotel hasta el centro en mi coche y pensé que no llegaba nunca. Me metí en un atasco que desesperaba a mis hijas.
Los otros días me quedé a comer y a cenar en el restaurante de este Hotel Mercader. Era lo más práctico. buscar un restaurante por la zona industrial en la que está ubicado el hotel no me apetecía.
Las mayores ventajas de este hotel es que no tienes problemas para aparcar y la wi fi gratuita de la habitación. Siempre encuentras sitio para tu coche en el parking gratis del hotel.
La habitación que nos dieron no me gustó mucho. Era amplia, pero tenía unas lamparillas colgadas del cabecero de la cama que no me parecía que estuvieran bien colocadas. Casi temía darme un golpe al levantarme.
la decoración de la habitación era mejorable. Por ejemplo, la ventana estaba como tapada por un estor de color oscuro. Debieron ponerlo para que los huéspedes no se asustaran con las naves industriales que se ven desde la ventana.
El cuarto de baño también era mejorable. La mampara que le pusieron a la bañera me agobiaba. Tenía que ducharme con la mampara abierta para no ahogarme allí dentro.
Pese a todo, os recomiendo este hotel. El aeropuerto de Barajas y el centro de congresos IFEMA están a 15 minutos en coche. Puedes desplazarte al resto de Madrid en las líneas de autobús 130 y T32, que conecta con el metro de Legazpi, si prefieres desplazarte en transporte público. Pero lo mejor es que tengas un coche a tu disposición, sobre todo si llevas niños. Los críos no valen para ir en autobús, y menos cuando tienes dos crías acostumbradas al coche de papá y de mamá.
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2
La Cúpula de La Adriática, Sevilla, es un edificio que llama la atención hasta a los que no somos muy fanáticos del turismo cultural. Lo miras por fuera y te vienen ganas de entrar y ver su interior, cosa que no es posible porque está okupado.
La Adriática fue edificada entre los años 1914 y 1922 por el famoso arquitecto sevillano José Espiau Muñoz. Lo construyó para una compañía de seguros que tenía el mismo nombre que el edificio. Las compañías de seguros siempre tuvieron pasta. el edificio es armonioso y tiene un mirador en una esquina que me hubiera gustado subir a él, pero, como os dije, no fue posible.
Mi marido se cansó de quitarle fotos a los minaretes de estilo árabe combinados con ladrillo rojo y colores crema y también a la cúpula de azulejos vidriados pintada a rayas azules y blancas. Es un edificio muy colorido.
Os recomiendo visitar La Cúpula de La Adriática, Sevilla. Es un edificio muy parecido a otro que vi en Londres. Se ve que en arquitectura la moda es como la moda en ropa: lo que hay en una ciudad se repite en otras ciudades por las mismas fechas. Está en la Avenida de la Constitución número 2. A poco que conozcas Sevilla, lo localizas enseguida.
En los bajos pusieron un bazar chino. Le queda como un pegote. Le quedaba mucho mejor una pastelería que había hace años. Mi madre siempre compraba pastelitos en esa pastelería que pasó al recuerdo de muchos sevillanos y turistas por los ricos pasteles que hacía.
El edificio tiene cuatro pisos. No está nada mal, sobre todo teniendo en cuanta que en sus tiempos la arquitectura no estaba tan desarrollada como hoy en día.
La Adriática fue edificada entre los años 1914 y 1922 por el famoso arquitecto sevillano José Espiau Muñoz. Lo construyó para una compañía de seguros que tenía el mismo nombre que el edificio. Las compañías de seguros siempre tuvieron pasta. el edificio es armonioso y tiene un mirador en una esquina que me hubiera gustado subir a él, pero, como os dije, no fue posible.
Mi marido se cansó de quitarle fotos a los minaretes de estilo árabe combinados con ladrillo rojo y colores crema y también a la cúpula de azulejos vidriados pintada a rayas azules y blancas. Es un edificio muy colorido.
Os recomiendo visitar La Cúpula de La Adriática, Sevilla. Es un edificio muy parecido a otro que vi en Londres. Se ve que en arquitectura la moda es como la moda en ropa: lo que hay en una ciudad se repite en otras ciudades por las mismas fechas. Está en la Avenida de la Constitución número 2. A poco que conozcas Sevilla, lo localizas enseguida.
En los bajos pusieron un bazar chino. Le queda como un pegote. Le quedaba mucho mejor una pastelería que había hace años. Mi madre siempre compraba pastelitos en esa pastelería que pasó al recuerdo de muchos sevillanos y turistas por los ricos pasteles que hacía.
El edificio tiene cuatro pisos. No está nada mal, sobre todo teniendo en cuanta que en sus tiempos la arquitectura no estaba tan desarrollada como hoy en día.
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