Anda Donald Trump muy mal
por un hospital apartado
de las miradas que quieren
verlo tosiendo en pijama.
Doña Melania se queda
sola en la Casa Blanca
mientras lucha con el virus
que de China le mandaron
a ella y a su marido
y a todos los que palman
o sobreviven si pueden
a la plaga que ha llegado.
Piensa Melania que está
muy mal que ellos se contagien
porque son Reyes del Mundo
y Dios no los ha salvado
con la escolta que le pagan
los buenos norteamericanos.
En su hospital don Donald
pide que en twitter callen
las alarmas que desatan
cotizaciones a la baja.
Dadme un móvil muy limpio
o el ordenador que trae
mi hija cuando se acerca
a los pies de esta cama,
para que yo escriba al mundo:
hay capitán en la nave.
Melania lee en el twitter
las palabras de su amado,
todas para su América
porque primero es su patria.
A ella nada le dice,
pero seguro que ama
igual que amó en su día
a la madre de Ivanka.
Que se curen y regresen
Donald y doña Melania
para combatir al virus
con su experiencia amarga.
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