El Hotel Portago Urban, Granada, está bien para hacer turismo por Granada porque te queda a medio camino de la Alhambra y del centro de la ciudad. Yo bajaba al centro andando. En cinco minutos me ponía en la zona de tiendas de marca. Pasaba de coger el autobús que pasa por delante del hotel.
Es un hotel pequeño, con una decoración sencilla, que en las habitaciones se vuelve más sencilla todavía hasta el punto de parecer más habitaciones de hospital que de hotel.
Tenían varios tipos de habitaciones: estándar, executive, executive altillo y superior deluxe, que se diferencian sólo en el tamaño. Nosotros nos quedamos con la superior deluxe para no estar como sardinas en lata. La estándar era muy pequeña.
Nuestra habitación tenía unas bonitas vistas de Sierra Nevada. Era otra ventaja respecto a las habitaciones estándar que daban todas a un patio interior que te metía la pena en el alma. La decoración era muy minimalista en esa moda de que lo moderno es casi nada. Por no tener no había ni cuadros porque a una pintura de zetas en la pared yo no lo llamo cuadro.
La cama era enorme, con sus dos mesillas a ambos lados y enfrente un escritorio con su silla bastante cómoda; al lado un minibar de contenido escaso. El televisor estaba colgado en la pared y se podía girar para verla desde cualquier punto de la habitación, también desde la cama. Al fondo estaba el armario empotrado que apenas nos llegó para deshacer mis maletas. Las de las niñas y la de mi marido tuvieron que quedar sin deshacer. Mi marido echó en falta una caja fuerte. Miré por todas partes y no la encontré. Ni que decir que durmió con la billetera en el bolsillo del pijama. Mi santo es muy desconfiado.
En cuanto al cuarto de baño,los sanitarios eran un poco cutres. El lavabo con una encimera casi inexistente. No me extraña que nos dejaran el jabón de manos encima del escritorio de la habitación.
Tampoco había mucho que meter en el cuarto de baño porque las amenities eran casi inexistentes. Como no llevaras gel y champú en la maleta no te lavabas.
La ducha me horrorizó. Tenía un suelo de un plástico mal puesto que cuando te duchabas parecía que se iba a romper con tu peso. Se lo dije a los de recepción y me dijeron que acababan de reformar el cuarto de baño. Lo debieron de reformar poniendo sanitarios viejos.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar este hotel. Te vale la pena por las vistas y por su ubicación. Pero es mejorable, sobre todo los cuartos de baño.
Es un hotel pequeño, con una decoración sencilla, que en las habitaciones se vuelve más sencilla todavía hasta el punto de parecer más habitaciones de hospital que de hotel.
Tenían varios tipos de habitaciones: estándar, executive, executive altillo y superior deluxe, que se diferencian sólo en el tamaño. Nosotros nos quedamos con la superior deluxe para no estar como sardinas en lata. La estándar era muy pequeña.
Nuestra habitación tenía unas bonitas vistas de Sierra Nevada. Era otra ventaja respecto a las habitaciones estándar que daban todas a un patio interior que te metía la pena en el alma. La decoración era muy minimalista en esa moda de que lo moderno es casi nada. Por no tener no había ni cuadros porque a una pintura de zetas en la pared yo no lo llamo cuadro.
La cama era enorme, con sus dos mesillas a ambos lados y enfrente un escritorio con su silla bastante cómoda; al lado un minibar de contenido escaso. El televisor estaba colgado en la pared y se podía girar para verla desde cualquier punto de la habitación, también desde la cama. Al fondo estaba el armario empotrado que apenas nos llegó para deshacer mis maletas. Las de las niñas y la de mi marido tuvieron que quedar sin deshacer. Mi marido echó en falta una caja fuerte. Miré por todas partes y no la encontré. Ni que decir que durmió con la billetera en el bolsillo del pijama. Mi santo es muy desconfiado.
En cuanto al cuarto de baño,los sanitarios eran un poco cutres. El lavabo con una encimera casi inexistente. No me extraña que nos dejaran el jabón de manos encima del escritorio de la habitación.
Tampoco había mucho que meter en el cuarto de baño porque las amenities eran casi inexistentes. Como no llevaras gel y champú en la maleta no te lavabas.
La ducha me horrorizó. Tenía un suelo de un plástico mal puesto que cuando te duchabas parecía que se iba a romper con tu peso. Se lo dije a los de recepción y me dijeron que acababan de reformar el cuarto de baño. Lo debieron de reformar poniendo sanitarios viejos.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar este hotel. Te vale la pena por las vistas y por su ubicación. Pero es mejorable, sobre todo los cuartos de baño.