Southwark, Londres, es un lugar de la capital inglesa que ha ganado atractivo estos últimos años, gracias a las mejoras que han hecho por allí. Hace años era una zona de mala reputación, pero, gracias a la rehabilitación que han hecho por aquella zona con motivo de los Juegos Olímpicos de 2012, el turismo se ha dirigido al sur del Támesis, sin llegar a un exceso de turistas como en otros sitios de Londres más conocidos.
Nosotros paseamos por la zona en nuestra última visita a la capital inglesa. Empezamos nuestro paseo en Tower Bridge, que comunica la City londinense con el distrito del sur. Pasamos bajo sus torres y disfrutamos de las vistas maravillosas que hay desde allí del río y sus alrededores. Mi marido quería empezar nuestro paseo desde el nuevo Puente del Milenio. Tanto tiene.
Como os decía, cruzamos el río Tamesis y nos fuimos a la calle Shad Thames para ver los viejos almacenes de mercancías que llegaban por el río. Ahora no son almacenes. Los han rehabilitado, y convertido en tiendas, restaurantes, oficinas unidos muchos de ellos por unas bonitas pasarelas ajardinadas.
A mis hijas les llamó mucho la atención el edificio curvo y acristalado, con paneles solares en el techo, obra de Norman Foster. Es el Ayuntamiento de Londres. Mi marido quería visitar las zonas que dejan ver, pero yo no estaba para hacer turismo cultural. Lo mío son las compras, no las exposiciones temporales relacionadas con la ciudad por muy gratuitas que fueran.
No acabaron ahí las ganas de museos de mi esposo. Vio el HMS Belfast, un buque de 1938, reconvertido en Museo flotante, que muestra los diferentes aspectos de los soldados en altamar durante su participación en la Segunda Guerra Mundial y tuvimos que entrar o sí o sí. Eso sí, pagando 14,5 libras por cabeza.
Salí del barco horrorizada porque a mí no me van nada las guerras. Sólo pensar que mis pies habían pisado un buque de guerra me ponía enferma. Menos mal que allí cerca estaba el un mercado de productos londinenses, Borough Market, hasta los topes de gente. Compramos bebidas, dulces, mermeladas, frutas, verduras, embutidos, jabones, bisutería y productos delicatessen… Llevé de todo. Aproveché para comprar todos los regalos que necesitaba para la familia. El mercado es muy antiguo. Nos dijeron que era de 1014. Actualmente se trata de un mercado típico que se puede visitar, los jueves, viernes y sábados.
Seguimos nuestro paseo río abajo hasta llegar a una réplica del galeón The Golden Hide, cuyo capitán era Sir Francis Drake , un corsario, traficante y navegante de la época de los Tudor, fue la pesadilla de los barcos de la "Armada Invencible" de nuestro Felipe II. Era uno de los corsarios preferidos de la reina Isabel I. Entramos a verlo porque mi marido quería entrar a toda costa. Allí dejamos 7 libras por cabeza. Casi nada.
Ahí terminó nuestro paseo por esta zona de Londres. Decidí arrastra a toda mi familia al hotel antes de que mi cuenta corriente entrara en números rojos con tanta entrada cara que había que pagar y mis compras compulsivas. La zona está muy bien para hacer turismo completo. Por eso os la recomiendo.
Nosotros paseamos por la zona en nuestra última visita a la capital inglesa. Empezamos nuestro paseo en Tower Bridge, que comunica la City londinense con el distrito del sur. Pasamos bajo sus torres y disfrutamos de las vistas maravillosas que hay desde allí del río y sus alrededores. Mi marido quería empezar nuestro paseo desde el nuevo Puente del Milenio. Tanto tiene.
Como os decía, cruzamos el río Tamesis y nos fuimos a la calle Shad Thames para ver los viejos almacenes de mercancías que llegaban por el río. Ahora no son almacenes. Los han rehabilitado, y convertido en tiendas, restaurantes, oficinas unidos muchos de ellos por unas bonitas pasarelas ajardinadas.
A mis hijas les llamó mucho la atención el edificio curvo y acristalado, con paneles solares en el techo, obra de Norman Foster. Es el Ayuntamiento de Londres. Mi marido quería visitar las zonas que dejan ver, pero yo no estaba para hacer turismo cultural. Lo mío son las compras, no las exposiciones temporales relacionadas con la ciudad por muy gratuitas que fueran.
No acabaron ahí las ganas de museos de mi esposo. Vio el HMS Belfast, un buque de 1938, reconvertido en Museo flotante, que muestra los diferentes aspectos de los soldados en altamar durante su participación en la Segunda Guerra Mundial y tuvimos que entrar o sí o sí. Eso sí, pagando 14,5 libras por cabeza.
Salí del barco horrorizada porque a mí no me van nada las guerras. Sólo pensar que mis pies habían pisado un buque de guerra me ponía enferma. Menos mal que allí cerca estaba el un mercado de productos londinenses, Borough Market, hasta los topes de gente. Compramos bebidas, dulces, mermeladas, frutas, verduras, embutidos, jabones, bisutería y productos delicatessen… Llevé de todo. Aproveché para comprar todos los regalos que necesitaba para la familia. El mercado es muy antiguo. Nos dijeron que era de 1014. Actualmente se trata de un mercado típico que se puede visitar, los jueves, viernes y sábados.
Seguimos nuestro paseo río abajo hasta llegar a una réplica del galeón The Golden Hide, cuyo capitán era Sir Francis Drake , un corsario, traficante y navegante de la época de los Tudor, fue la pesadilla de los barcos de la "Armada Invencible" de nuestro Felipe II. Era uno de los corsarios preferidos de la reina Isabel I. Entramos a verlo porque mi marido quería entrar a toda costa. Allí dejamos 7 libras por cabeza. Casi nada.
Ahí terminó nuestro paseo por esta zona de Londres. Decidí arrastra a toda mi familia al hotel antes de que mi cuenta corriente entrara en números rojos con tanta entrada cara que había que pagar y mis compras compulsivas. La zona está muy bien para hacer turismo completo. Por eso os la recomiendo.