Me gustan los hoteles con habitaciones grandes y cuartos de baño también grandes. Las estrecheces no van conmigo. El The Madison Washington DC me dejó contenta con el tamaño de la habitación. Es un hotel estupendo para pasar unos días en familia. Todos los sitios de interés te quedan cerca del hotel. Puedes ir andando.
Me habían reservado una habitación decorada con estilo muy clásico y con suelos enmoquetados. Les pregunté si me la podían cambiar por una más moderna. No me pusieron problemas. Nos cambiaron la habitación decorada en tonos crema por una en tonos azules, muy alegre, más luminosa y con unas camas en las que daba gusto dormir.
El cuarto de baño estaba muy bien. Era moderno, tenía una buena ducha, una bañera con hidromasaje mejor, pero las toallas no estaban nada limpias. Puse el grito en el cielo en todos los idiomas. Nos prometieron cambiarnos las toallas todos los días. Yo no me fiaba. Por eso fuimos de compras y compramos toallas para toda la familia. Cuando dudas en cuestiones de limpieza, es mejor poner remedio pro ti misma.
Pese a alguna desventaja, os lo recomiendo. Este hotel está situado en Washington D.C., a diez minutos de caminata lenta de la Casa Blanca. El hotel acepta mascotas, cosa que no me hizo ninguna gracia. Mis hija son muy sensibles. Fue ver como estornudaba la mayor y darme cuenta de que en nuestra habitación se había alojado algún chucho. Tuve que limpiar el cuarto a fondo yo mismo para que mis hijas no se murieran con tanto estornudo.
Menos mal que las ventajas eran notables. Por ejemplo, el televisor de pantalla plana de 32 pulgadas y el restaurante PostScript, donde comías auténticas exquisiteces de cocina internacional.
Pusimos disfrutar de una buena conexión Wi-Fi gratuita, un minibar con surtido abundante en bebidas, Ttelevisión por cable...
Mi chico visitó el gimnasio del Loews Madison Hotel. Podías ir hasta de noche porque abría de día y de noche. A los americanos les gusta hacer pesas y esas cosas a altas horas de la madrugada. Yo bajé a eso de las doce de la noche y estaba el gimnasio hasta los topes de yogurines.
El hotel se encuentra a casi cinco kilómetros de Embassy Row, a casi dos de la Universidad de Georgetown, a unos dos kilómetros largos del monumento a Washington. como os decía, puedes ir andando a todos los sitios. Yo fui con las niñas a ver la estación de metro de McPherson Square. En cinco minutos nos pusimos allí.
Me habían reservado una habitación decorada con estilo muy clásico y con suelos enmoquetados. Les pregunté si me la podían cambiar por una más moderna. No me pusieron problemas. Nos cambiaron la habitación decorada en tonos crema por una en tonos azules, muy alegre, más luminosa y con unas camas en las que daba gusto dormir.
El cuarto de baño estaba muy bien. Era moderno, tenía una buena ducha, una bañera con hidromasaje mejor, pero las toallas no estaban nada limpias. Puse el grito en el cielo en todos los idiomas. Nos prometieron cambiarnos las toallas todos los días. Yo no me fiaba. Por eso fuimos de compras y compramos toallas para toda la familia. Cuando dudas en cuestiones de limpieza, es mejor poner remedio pro ti misma.
Pese a alguna desventaja, os lo recomiendo. Este hotel está situado en Washington D.C., a diez minutos de caminata lenta de la Casa Blanca. El hotel acepta mascotas, cosa que no me hizo ninguna gracia. Mis hija son muy sensibles. Fue ver como estornudaba la mayor y darme cuenta de que en nuestra habitación se había alojado algún chucho. Tuve que limpiar el cuarto a fondo yo mismo para que mis hijas no se murieran con tanto estornudo.
Menos mal que las ventajas eran notables. Por ejemplo, el televisor de pantalla plana de 32 pulgadas y el restaurante PostScript, donde comías auténticas exquisiteces de cocina internacional.
Pusimos disfrutar de una buena conexión Wi-Fi gratuita, un minibar con surtido abundante en bebidas, Ttelevisión por cable...
Mi chico visitó el gimnasio del Loews Madison Hotel. Podías ir hasta de noche porque abría de día y de noche. A los americanos les gusta hacer pesas y esas cosas a altas horas de la madrugada. Yo bajé a eso de las doce de la noche y estaba el gimnasio hasta los topes de yogurines.
El hotel se encuentra a casi cinco kilómetros de Embassy Row, a casi dos de la Universidad de Georgetown, a unos dos kilómetros largos del monumento a Washington. como os decía, puedes ir andando a todos los sitios. Yo fui con las niñas a ver la estación de metro de McPherson Square. En cinco minutos nos pusimos allí.