Hay paradores que no tienen nada que envidiar a los mejores hoteles en prestaciones y comodidades. Tal es el caso del Parador de Aiguablava donde organizan actividades muy interesantes para que no te aburras. Por ejemplo, excursiones en barco. Nosotros nos sumamos a una que hacían por los alrededores.
Este parador está rodeado de pinos, en la Punta D'es Muts. Tiene unos jardines preciosos que cuelgan sobre los acantilados. El entorno que lo rodea es de auténtico paraíso.
Mi chico y yo lo elegimos para una escapada romántica y tranquila. Fue un acierto. Encontramos toda la tranquilidad que buscábamos. Hasta encontramos un campo de golf para que mi chico practicar uno de sus deportes favoritos.
Yo hice menos deporte. Me pasé horas asomada a la ventana de la habitación. Había unas vistas estupendas. Se te iban los problemas de la cabeza mirando el mar y las pequeñas calas que se divisaban.
En el restaurante del Parador de Aiguablava se come muy bien. Nos sirvieron un pollo con langostas que me encantó. También estaba muy bueno el suquet de peix que pedí para cenar.
Os lo recomiendo. El Parador de Aiguablava es ideal para unas vacaciones en pareja. Puedes practicar equitación, vela, trekking, bicicleta de montaña, golf... Organizan muchas actividades deportivas. La habitación que nos dieron era enorme. No me gustó mucho que tuviera una cama con dosel. Le quité las cortinas a la cama y me sentí mejor. No me gustan nada las camas con dosel.
En todo caso, la decoración de este parador es moderna. Suelos de tarima, colores claros, estancias amplias y luminosas. Por el gran ventanal de nuestro cuarto entraba el sol a raudales.
Por la decoración casi no parecía un parador. Yo estoy acostumbrada a paradores con decoración antigua y palaciega. No era el caso. El Parador de Aiguablava es muy moderno. Los televisores de las habitaciones son grandes y de plasma. Se ve todo muy nuevo, incluidos los sanitarios de los cuartos de baño.
Este parador está rodeado de pinos, en la Punta D'es Muts. Tiene unos jardines preciosos que cuelgan sobre los acantilados. El entorno que lo rodea es de auténtico paraíso.
Mi chico y yo lo elegimos para una escapada romántica y tranquila. Fue un acierto. Encontramos toda la tranquilidad que buscábamos. Hasta encontramos un campo de golf para que mi chico practicar uno de sus deportes favoritos.
Yo hice menos deporte. Me pasé horas asomada a la ventana de la habitación. Había unas vistas estupendas. Se te iban los problemas de la cabeza mirando el mar y las pequeñas calas que se divisaban.
En el restaurante del Parador de Aiguablava se come muy bien. Nos sirvieron un pollo con langostas que me encantó. También estaba muy bueno el suquet de peix que pedí para cenar.
Os lo recomiendo. El Parador de Aiguablava es ideal para unas vacaciones en pareja. Puedes practicar equitación, vela, trekking, bicicleta de montaña, golf... Organizan muchas actividades deportivas. La habitación que nos dieron era enorme. No me gustó mucho que tuviera una cama con dosel. Le quité las cortinas a la cama y me sentí mejor. No me gustan nada las camas con dosel.
En todo caso, la decoración de este parador es moderna. Suelos de tarima, colores claros, estancias amplias y luminosas. Por el gran ventanal de nuestro cuarto entraba el sol a raudales.
Por la decoración casi no parecía un parador. Yo estoy acostumbrada a paradores con decoración antigua y palaciega. No era el caso. El Parador de Aiguablava es muy moderno. Los televisores de las habitaciones son grandes y de plasma. Se ve todo muy nuevo, incluidos los sanitarios de los cuartos de baño.