Tienes una casa de campo que no te produce ningún rendimiento. Pues las cosas pueden cambiar. Saca unas bonitas fotos de tu segunda vivienda, cuélgalas en Segunda mano y escribe un anuncio ofreciendo tu preciosa casa para pasar los fines de semana.
Seguro que consigues clientes. Un amigo mío cobra 75 euros por noche. Sábado y domingo son 150 euros. Siempre encuentra clientes que buscan la tranquilidad del campo. Eso sí, no admite mascotas en su casa. Los perros pueden hacer pipí en los sillones y en las camas y no es el caso de que te dejen sus asquerosidades de recuerdo.
¿Te animas? Piensa en el dinerito que puedes ganar. Si no tienes segunda vivienda, alquila esa casa que dejó libre tu abuela cuando la llevaron sus hijos a una residencia de ancianos. Tu familia ni se enterará que esos amigos que llevas a la casa de tu abuela te dejan dinero contante y sonante por el alojamiento.