Querida Eugenia:
Es una gran noticia saber que te estás ganando la vida muy bien en una casa de subastas de arte de Nueva York. Los súbditos británicos seguro que respiran aliviados al saber que tienen un miembro menos de la Familia Real para mantener. En Reino Unido, amiga mía, tampoco andan sobrados de dinero.
Esa casa de subastas de la Gran Manzana te ha fichado encantada. Seguro que le llueven los clientes desde que saben que tienen en nómina a una princesa británica nieta de la Reina Isabel II. Las ricachonas de Nueva York llevarán todas sus joyas viejas a subastar sin sufrir. No es lo mismo que una empleada cualquiera subaste las alianzas de tu antiguo matrimonio a que lo haga la hija pequeña del Príncipe Andrés y Sarah Ferguson.
Serás feliz en Nueva York, querida. Tener lejos a esa abuela tuya tan tacaña debe ser un alivio. Yo no podría ni tomar los turrones con una abuelita sin jubilar a sus casi noventa años que no me da dejado la herencia. Haces bien en trabajar. Como esperes por la herencia de Isabel II puedes llegar tú a la jubilación sin un humilde legado con el que pagar los gastos de tu boda con ese chico que has encontrado en Nueva York y que está tan enamorado de ti como yo lo estoy de la escoba de mi casa.
Saludos
La economista