Tú puedes perder los kilos
que te sobran aún comiendo
lo que agrada a tu estómago
si lo haces con sosiego.
Ese zumo que te tomas
que no sea a vaso lleno.
A la mitad del zumito
ponle agua y a beberlo.
No vayas a ese gimnasio
a gastarte el dinero.
Puedes mover ese cuerpo
limpiando tu casa entera.
Tampoco debes sentarte
para ver la tele esa.
Plancha y mira el programa
o la serie que te embelesa.
Cuando el hambre te asalte
antes de tocar la cena
saca del bolso un chicle
sin azúcares y muerde.
Una taza de té verde
ayuda a quemar la grasa
que te ha metido el cocido
de tu suegra este sábado.
Come en casa la comida
que te ahorras en la tasca.
Los restaurantes te meten
siempre los postres y grasas.
No olvides retirar
de la nevera las natas
y la margarina que untaba
de mañana tus tostadas.
Mejor desayuna fruta,
come grandes ensaladas,
la carne y el pescado
que sean siempre a la plancha.